Un favor...

Querido amigo. Hoy vengo a hablar contigo desde el corazón. Se que después de tantos años, que venga a verte te resulta extraño, pero me encuentro en esta difícil situación, y eres el único que puede ayudarme aunque creas que no.

Esto para mi resulta más duro de lo que imaginas, sobre todo pensando en lo mal que contigo siempre me porté, incapaz de decirte salgamos de fiesta o tan si quiera invitarte a un café.

Hasta la cara de vergüenza se me cae de verme en tu casa pá pedirte un favor; y deseo, desde el fondo de mi alma que nunca te encuentres como me encuentro yo.

Y si fueras tan amable como se que tu lo eres, solo una cosa te quiero pedir, y prometo que ya después de esto no volveremos a vernos si tu lo quieres así. Pero ahora mismo, de verdad, lo que necesito es urgentemente una vida al Candy Crush.





Cualquier parecido con el mundo real es simple coincidencia o mala fe por parte del lector.