Septiembre es algo más que el mes del fin de las vacaciones de la mayoría, de la vuelta al cole de los más pequeños, o del retorno de los molestos anuncios de absurdas colecciones por fascículos. Septiembre es también el mes en que tradicionalmente las sagas de juegos de fútbol más importantes, FIFA y Pro Evolution Soccer, conocen una nueva entrega. En una rivalidad comparable a la de Apple vs. Android, Windows vs. Linux, o Alien vs. Predator, tanto el FIFA como el Pro llevan años protagnizando una lucha encarnizada por hacerse un hueco en el corazoncito de los gamers más futboleros. Sin embargo, parece que esa guerra se ha estancado y cada nueva entrega de estos famosos juegos de fútbol no es necesariamente mejor que la anterior.
La evolución de la calidad de los juegos de fútbol ha sido relativamente cíclica desde que llegó el Pro a disputarle el monopolio de facto al FIFA. Una notable mejora en la jugabilidad de uno de los dos obligaba al rival a ponerse las pilas para no caerse de los primeros puestos de las listas de ventas. Esta situación, como buena pescadilla que se muerde la cola, hacía evolucionar a ambos juegos por igual, hasta que llegó la generación de consolas actual y la balanza se desequilibró. FIFA dio un salto de calidad considerable al introducirse en Xbox 360 y PlayStation 3, y al Pro le costó coger el ritmo. Recordemos la primera entrega del Pro en las consolas de última generación, que no era más que un port de la versión de PlayStation 2.
¿Falta de previsión por parte de Konami? Tal vez, aunque la verdad es que eso importa poco ahora pues FIFA no ha sabido aprovechar su ventaja y, en lugar de evolucionar el motor del juego, se dedican a verlas venir. No hay más que probar la demo de la entrega de FIFA de este año para darse cuenta que el control es exactamente el mismo que en las 3 últimas entregas, salvo mínimas modificaciones. Esto no quiere decir que sea malo, simplemente que no ha evolucionado. Y no ofrecer mejoras en un juego que recibe una nueva entrega cada año provoca una sensación de estafa difícil de camuflar simplemente con la licencia de nuestros equipos favoritos.
Porque si hay algo en lo que ha flojeado en los últimos años las entregas del Pro son precisamente las licencias. Está muy bien que el control sea cada vez más realista, pero todos queremos controlar al equipo de nuestros amores. Imagino el facepalm de los aficionados del Levante, Liverpool o Chelsea cuando, al poner el marcha el disco del Pro 2011 se encontraron con que sus queridos equipos habían sido rebautizados como Zelvantez, Merseyside Red o London FC. Afortunadamente, con cada entrega este problema es menor (este año, la Liga BBVA sí está licenciada al completo). Sin embargo, en cuanto a gráficos y jugabilidad la evolución sufrida tampoco es para tirar cohetes.
Tanto el uno como el otro parecen haber llegado a un callejón sin salida. Se están quedando sin excusas y no saben por dónde tirar. Probablemente, el mayor problema sea la necesidad de una entrega nueva cada año. De acuerdo, las entregas anuales son algo que viene sucediendo desde hace mucho, y eso no había impedido mejoras en el pasado. Pero la exigencia es cada vez mayor, sobretodo ahora, en época de crisis, cuando los beneficios se miran aún con más atención. La base de gamers es también cada vez mayor, al igual que el número de medios que estos utilizan para expresar su descontento. Y esto añade mayor presión a los equipos de desarrollo.
Un FIFA o un Pro al año sí hace daño. Un ciclo de actualización de mayor duración permitiría más tiempo para experimentar con nuevas ideas, probar mejoras de jugabilidad, realizar estudios de mercado que pulsen la opinión de los consumidores, o recoger sugerencias de la comunidad de gamers sobre cómo mejorar el juego. ¿Merece la pena pagar por el mismo juego 2 años seguidos? Evidentemente no. Se podría, por ejemplo, vender una edición un año, y una actualización de la temporada siguiente en forma de DLC. Así, en lugar de vender una entrega cada año, se podría hacer cada 2 años.
Mientras FIFA se venda como churros, no me pienso mover de este sofá
Veremos qué sucede en próximas entregas, aunque algo me dice que la situación cambiará poco. No hay más que ver lo contento que estaba Peter Moore con las ventas de FIFA en la conferencia de Electronic Arts en el pasado E3, o el poco tiempo que le cuesta al Pro cada año encaramarse a las primeras posiciones de las listas de ventas en España.