Un título desgarrador para una novela que no lo es tanto. Quiero decir, que el tema es duro, pero el tono ya es otra cuestión. La historia, que está claro que es de amor, está narrada de una manera muy fina, sentimental, mimosa y con mucho cuidado, sin que te dé la impresión de que en ninguna página se produzca ese grito desgarrador que tanto promete la bella portada. A mí me ha recordado un poco a La soledad de los números primos y creo que a todo al que le gustara la novela de Giordano, disfrutaría con esta, pero incluso la novela italiana es más desgarradora, fíjate (es que el título coloca al lector en un nivel que luego se acaba desinflando).
Sin embargo, la novela de Katayama ostenta el título de ser la más vendida en Japón, detalle que, sin ninguna malicia, le adjudico a los adolescentes. Una historia muy bonita y perfecta para ellos.