Poner en jaque al picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), mediante un sistema limpio y que no producirá daño en las palmeras a las que afecta este gorgojo. Suena a sueño difícil de alcanzar, pero gracias a los avances que se han realizado en el campo de la biorremediación es posible. Y es posible gracias a un curioso hongo, llamado Beauveria bassiana, y al buen trabajo que ha realizado la empresa, nacida de la Universidad de Alicante, Glenn Biotech.
El picudo rojo, una amenaza preocupante para las palmeras mediterráneas (Fotografía: A García Llorca).
Tal y como cuenta Berenice Güerri, socia fundadora de Glenn Biotech y bióloga, a El País Beauveria bassiana reactiva «las defensas» de las palmeras y ayuda a las mismas «a responder frente a situaciones de estrés». Para poder llevarlo a cabo, prepararon una serie de trampas, dispuestas a unos 150 m de las palmeras afectadas, donde, al ir con el reclamos de alimento, el picudo quedaba impregnado de Beauveria bassiana, de tal modo que, al cabo de unos días, y depués de contagiar «por roce» a otros miembros de la colonia, muere.
Actualmente, y después de este éxito, Glenn Biotech se encuentra desarrollando un nuevo sistema en el que no sea necesario que el picudo se desplace fuera de la palmera, para así poder atacar directamente a la colonia invasora, continuando así esta línea de investigación que se abrió hace más de 5 años en el laboratorio de Fitopatología de la Universidad de Alicante.
Por último, y es otro triunfo que no debemos pasar por alto, Beauveria bassiana es un hongo autóctono, por lo que se evita el riesgo con el que, en muchas ocasiones, nos enfrentamos en la biorremediación al introducir una especie alóctona.