Recién se acaba de publicar un artículo científico en la revista "Quaternary International" (Cuaternario Internacional), titulado "A late Pleistocene fossil from Northeastern China is the first record of the dire wolf (Carnivora: Canis dirus) in Eurasia" (Un fósil del Pleistoceno Tardío del noreste de China es el primer registro de lobo terrible (Carnivora: Canis dirus) en Eurasia ). En este, se da a conocer una mandíbula parcial (IVPP V25381) de un cánido que los autores de su estudio han referido como Canis dirus, es decir un lobo terrible (también conocido como "lobo gigante").
Ejemplar de presunto Canis dirus, IVPP V25381. Las flechas rojas señalan características importantes que veremos más adelante en el texto.
Esto sin embargo, no se trata de algo usual, pues esta especie es conocida únicamente para América del Norte, desde el Pleistoceno Medio (edad de mamíferos conocida como Irvingtoniano) y hasta el Pleistoceno Tardío (la edad conocida como Rancholabreano). O desde los 1.35 millones de años y hasta los 9,500 años antes del Presente. Pero este lobo recién reportado es ¡de China!
Ubicación del hallazgo del presunto Canis dirus de China.
Esta no es la primera vez que tenemos cosas alocadas en biogeografía, pero desde luego -y como bien citase Sagan-, afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias. Y este fósil está a medio camino de convencer a la comunidad científica. Ciertamente tiene la edad adecuada (se le estima en 20,000 años antes del Presente) y lo más importante, un tamaño muy similar.
Canis dirus por el artista (y amigo) mexicano Sergio de la Rosa.
Pero la cosa se pone turbia cuando la examina un paleontólogo de mamíferos (como su servidor), pues como sabemos muy bien en nuestro campo: "primero es la morfología y LUEGO la morfometría". Es decir, las medidas claro que son importantes, pero pasan a segundo término si no cuadra la morfología.
Ancho (eje Y) contra largo (eje X) de primeros molares inferiores de diferentes cánidos. Note cómo el ejemplar de China es cercano a los Canis dirus y no a los Canis lupus. Tomado de Lu et al. (2020).
Pues esta última y no las simples dimensiones las que revelan relaciones de parentesco y desde luego, una afinidad taxonómica. Y este es el problema de este lobo, pues su morfología no cuadra con la de Canis dirus.
Izquierda: Canis dirus del Museo de Historia Natural de Los Ángeles (ejemplar LACMHC 2301-L-483). Centro: morfología de un molar inferior de cánido (tomado de Peters et al. (2005) Cainozoic Research, 15(1-2):55-58p.). Derecha: ejemplar de presunto Canis dirus de China (en imagen especular).
Para el ojo no entrenado, los dos ejemplares de la imagen anterior son iguales. Pero no lo son. Tienen algunos rasgos que los distinguen. En vista oclusal (desde arriba), el diente de China posee un paracónido (en rojo) mucho más convergente con el protocónido (azul) de C. dirus. Además, en la parte del talónido observamos que lo mismo ocurre con el hipocónido (verde) y el entocónido (azul claro). Y esto es tomando en cuenta que seleccioné un molar en un grado de desgaste similar para que esas diferencias no fueran atribuidas a simple desgaste. Pero lo más notorio es que la entocrístida (en amarillo) tiene forma de cresta doble en el ejemplar de China, pero en C. dirus esta tiene forma de cúspide accesoria. Estas cúspides no son cualquier cosa y su presencia/ausencia realmente nos indica diferencias taxonómicas. Pero aún hay más.
Comparativa de los mismos ejemplares previamente mencionados en la figura anterior. Vista labial (arriba) y lingual (abajo).
En vista lateral los dientes muestran otras peculiares diferencias. Veamos. Primero que nada, en la imagen previa podemos ver en amarillo de nuevo, la entocrístida que en C. dirus (izquierda) tiene forma de cúspide accesoria, mientras que en el fósil chino, tiene forma de crestas. Además, notamos que el metacónido de C. dirus es mucho más robusto y su unión con el protocónido (la cúspide mayor) se mantiene independiente casi hasta la base de la corona misma, mientras que en ejemplar chino, esta unión termina de forma rápida para integrarse con la base del protocónido (unión indicada en verde). También se aprecia un paracónido (Pa en la imagen) más delgado y agudo en el ejemplar de China que en el ejemplar de C. dirus. Pero lo más notorio es quizá una estructura llamada "muesca carnasiforme" (en rojo), que tiene forma de agujero de cerradura bien distintivo en el ejemplar chino, pero no así en Canis dirus.
Ejemplar 3D de lobo de la Columbia Británica (Canis lupus columbianus). Les recomiendo entrar a ver el ejemplar para comparar su primer molar con los ejemplares aquí descritos. Clic aquí para ver.
Todos estos rasgos los pueden ustedes ver en ejemplares de lobo moderno (Canis lupus), por lo que se puede concluir tentativamente que estamos frente a un ejemplar muy grande de esta especie y no frente a un lobo terrible en otro continente. Esto además, está apoyado porque el lobo terrible es terriblemente escaso en América del Norte boreal y es más abundante en zonas templadas de EUA, México, e incluso, Sudamérica.
Distribución del lobo terrible en las Américas, tomado de Paleobiology Database.
Así que, aunque evidentemente este post de blog no puede refutar de manera formal este hallazgo, sí tiene la intención de que dudemos de esa aseveración increíble. Nada me gustaría más que estar plenamente equivocado y que realmente podamos ver que este ejemplar de China representa a un lobo terrible, pero por ahora, la evidencia no apoya esa idea.
Fuente:
Lu, D. et al. (2020) A late Pleistocene fossil from Northeastern China is the first record of the dire wolf (Carnivora: Canis dirus) in Eurasia. Quaternary International. En prensa. https://doi.org/10.1016/j.quaint.2020.09.054