[6/10] Han pasado seis meses desde la muerte de Katherine, y Benjamin Mee no consigue pasar página en su vida. En un intento desesperado por romper con todo lo que le recuerde a su esposa, decide comprar una finca que incluye un zoo en quiebra, e irse a vivir allí con sus dos hijos pequeños. Es una nueva vida llena de incertidumbres laborales y personales que convierten la experiencia en una auténtica aventura americana, y también una lucha frente a la adversidad pero con el apoyo familiar y de los amigos. Esta es la historia que Cameron Crowe (“Casi famosos”, 2001), nos cuenta en “Un lugar para soñar” a partir de la autobiografía de Benjamin Mee, y la oportunidad que el espectador tiene de ir de excursión al zoo y ver si es preferible la compañía de los animales a la de las personas.
El carácter amable y optimista de la cinta hace que las tragedias familiares se vivan sin dramatismo y que la esperanza siempre ilumine el horizonte de sus personajes. Desde la primera escena se advierte el espíritu animoso y deportista del marido atribulado, y también el tono complaciente y almibarado de la puesta en escena que imprime el director. “Un lugar para soñar” responde al género de cine familiar que muestra la necesidad de luchar por los sueños y de apoyarse cuando llegan las dificultades, de mostrarse como uno es y de manifestar los sentimientos sin rubor. Una luminosidad vital bien tratada con la fotografía de Rodrigo Prieto o con las canciones de Cat Stevens, que tienen su correspondencia en la vitalidad de Matt Damon y en la sonrisa permanente de Scarlett Johansson. Él se siente atrapado por un pasado feliz y se niega a vivir el presente de su hijo o a dar alas al futuro con Kelly, mientras que ella espera sin prisas el momento de llenar ese corazón inquieto.
Tanto el personaje de Kelly como el de Lily, en apariencia pasivos y como ángeles caídos del cielo, hacen que las tramas románticas sean previsibles y la historia nada original. Sin embargo, eso no resta interés a la evolución de padre, sobre todo gracias a los registros interpretativos de Matt Damon y a la contención de Scarlett Johansson (a pesar de que su papel como cuidadora de animales no resulte muy creíble). Por su parte, la subtrama adolescente carece de fuerza y energía, y los rostros y modales blandos de Elle Fanning y Colin Ford impiden que podamos penetrar en sus sentimientos más profundos. Pero es una historia construida a partir de personajes entrañables y estereotipados, sin hondura ni desarrollo en el guión, tratados con evidente ternura (la hija pequeña -Maggie Elizabeth Jones- derrocha gracia y simpatía) y con varios momentos muy conmovedores, donde el hermano contable de Benjamin y el inspector del zoo ejercen su función cómica.
Por eso, sin riesgos ni sorpresas, con el academicismo hollywodiense que busca complacer y suscitar emociones fáciles, “Un lugar para soñar” funciona y entretiene al espectador vacacional, gracias a la unidad de tono que Crowe sabe mantener y a las interpretaciones de los actores. Una película positiva y dulce que se ve con gusto y que no engaña respecto a sus intenciones, y también una invitación a tener veinte segundos de coraje (y sentimiento) para dar un paso al frente cerrado unas ventanas y abriendo otras… porque la vida continúa, y los sueños pueden ser como Benjamin nos cuenta en su historia. ¿Por qué no?
Calificación: 6/10
&En las imágenes: Fotogramas de “Un lugar para soñar”, película distribuida en España por Hispano Foxfilm © 2011 Twentieth Century Fox, LBI Entertainment y Vinyl Films. Todos los derechos reservados.
Publicado el 31 diciembre, 2011 | Categoría: 6/10, Año 2011, Críticas, Drama, Hollywood, Romance
Etiquetas: amor, Benjamin Mee, Cameron Crowe, Casi famosos, Cat Stevens, Colin Ford, Elle Fanning, familia, felicidad, Maggie Elizabeth Jones, Matt Damon, Rodrigo Prieto, Scarlett Johansson, Un lugar para soñar