Hace unos días, mi amigo Pepe Orts escribía en uno de sus artículos de opinión, que publica el diario Información, acerca de la formación universitaria "on line". Mi amigo, ilicitano de nacimiento, se puede permitir el lujo de criticar la web de la Universidad Miguel Hernández, afirmando que "... es de lo peor que haya podido ver hace mucho tiempo".
Para sustentar su opinión, el articulista se cogía a un dato objetivo: el llamado ranking webometrics que realiza el Laboratorio de Cibermetría del CSIC y que se dedica al análisis
cuantitativo de Internet y los contenidos de la Red, especialmente de
aquellos relacionados con el proceso de generación y comunicación
académica del conocimiento científico de las universidades mundiales.
Según Pepe Orts, la clasificación en ese ranking de nuestras universidades provinciales
pasa de un digno puesto de la Universidad de Alicante (la 109ª de Europa
y la 293 del mundo) a una más que penosa clasificación de la UMH (que
queda la 405ª de Europa y la 936ª del mundo). Es decir, hay casi mil
universidades en todo el mundo cuya web es mejor que la de la UMH.
Como argumento por comparación, mi amigo explicaba la iniciativa que ha tenido la Universidad de Stanford (la número tres del mundo en el ranking webometrics)
llamada genéricamente Coursera, donde de una manera
intuitiva, deliciosa y fácil han
organizado para estas semanas cursos gratuitos "on line" sobre anatomía, construcción de
edificios verdes, teoría de la información, modelos de pensamiento, y
así hasta un total de quince interesantísimas temáticas. Si alguno de los lectores tiene curiosidad por analizar las diferencias entre el planteamiento del asunto en Stanford y en Elche, no tiene más que leer el artículo que vengo comentado.
Por mi parte, poco más puedo añadir a lo dicho por Pepe Orts (no en vano fue la persona que me explicó el funcionamiento de Windows 3.11 cuando abandoné el DOS). Ahora bien, no está de más echar la vista atrás, no mucho, apenas un cuarto de siglo, y escuchar esta entrevista realizada a Isaac Asimov en 1988 (está subtitulada al castellano). El científico y escritor, anticipaba los cambios sociales y tecnológicos que Internet ha supuesto, concretamente en el campo de la educación. Parece que los sesudos catedráticos de las universidades españolas todavía no se han enterado.
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