El periódico económico japonés Nikkei, ha publicado un artículo recientemente en el que se desvelan lo que parecen ser unas horribles condiciones de trabajo dentro de Konami, madre de sagas como Metal Gear, Pro Evolution Soccer o Castlevania.
Al parecer, y siempre según Nikkei, dentro de Konami se habría producido un importante cambio de rumbo en el año 2010, que pasó de centrarse en juegos tradicionales a centrarse en juegos sociales y baratos. El causante de éste cambio de prioridades fue el lanzamiento y éxito de un juego para móviles llamado Dragon Collection, que costó muy poco dinero hacer y generó enormes beneficios para la compañía.
Todo lo contrario que Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, que, según este medio japonés, su producción habría costado 80 millones de dólares. De hecho, Nikkei afirma que lo que antiguamente conocíamos como Kojima Productions, es ahora conocido dentro de la compañía como el Departamento de Producción Número 8, y en sus ordenadores no hay conexión a internet. Los empleados de éste estudio únicamente pueden mandarse mensajes por línea interna.
Pero los empleados de la antigua Kojima Productions no son los únicos que sufren éstas pésimas condiciones de trabajo según Nikkei. A todos los empleados se les cronometran los descansos para comer mediante tarjetas, y todos aquellos que se retrasen a la vuelta son listados mediante la megafonía del edificio. Por si esto no fuera bastante, las oficinas están plagadas de cámaras para controlar los movimientos de los empleados de Konami.
Los empleados de Konami no tienen un correo de empresa permanente asociado a ellos, salvo aquellos que trabajen en relaciones públicas y cuyo trabajo sea tratar con gente externa a la compañía. En su lugar los correos son generados aleatoriamente cada pocos meses.
Por último, los desarrolladores de Konami, que no son vistos como especialmente útiles o productivos, son reasignados a otros puestos de la compañía que nada tienen que ver con su área de conocimientos. Por ejemplo se les recoloca en labores como guardias de seguridad, empleados de limpieza o se les envía a trabajar a las factorías encargadas de fabricar máquinas de pachinko. De hecho, esta situación ya fue denunciada en 2013 por un ex-empleado de la compañía.
Ante todas estas informaciones, Nikkei ha buscado ponerse en contacto con el fundador de Konami, Kagemasa Kozuki, pero éste, de momento, no les ha respondido.
Si todas estas informaciones resultan ser ciertas, como parece que es el caso, no resulta ya tan extraña la dramática separación que se lleva produciendo desde hace unos meses entre Hideo Kojima y Konami.