Revista Cultura y Ocio

Un millón de gracias

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Un millón de gracias

¿ADN lector?


     "Descubrí que un hombre puede necesitar 400 páginas para decirle a una mujer que la quiere. 400 páginas antes del primer beso, 300 antes de una caricia, 200 antes de atreverse a mirarla, 100 para declararle su amor. En una época en la que se envían SMS cuando se quiere follar, todo eso me pareció prodigioso, vertiginoso, loco, desmesurado, extravagante, insensato, grandioso... Así es como aprendía palabras limpiando. Por lo menos eso."
Azzedine. "Mi padre es mujer de la limpieza"


     Ayer pasábamos el millón de visitas. Y sí, tengo miedo escénico a lo que pueda poner hoy. Tenéis que entenderlo, me pasé semanas en las que si había una visita diaria, era la mía. No había seguidores, ni personas que se parasen tres segundos a comentar. Así que dejaron de importarme y perdí envaramiento, me solté y comencé a hablar de libros más cómodamente. Porque en realidad... para eso era este espacio. Para hablar de libros, una pasión como otra cualquiera pero que me ocupaba mucho más espacio.
     Supongo que ahora es cuando os cuento que mi casa siempre estuvo llena de libros, pero mentiría. De hecho mis padres no entendían la utilidad de algo tan perecedero como una lectura. A fin de cuentas ¿qué hacer con el libro una vez terminado? Así que con una afición tardía y sabiendo que no podía pasarme el día aburriendo a mi entorno con lo que iba leyendo, aterricé aquí. Y aquí sigo y somos muchos más de los que hubiera pensado
     Os he visitado, he recogido sugerencias, he leído y tomado libros de vuestros estantes. He coincidido a veces, otras no y he leído mucho y lo he compartido. Unas veces con apuro, porque entender Ulises y disfrutarlo mientras se me atraganta el camino Al faro, me ha costado admitirlo... aunque me han dado la sugerencia de leerlo en VO y puede que ahí esté mi solución. He recordado a Julio Verne quien dijo eso de: Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad. Y hago mía la frase, recorriendo el camino entre libro y lector que decía Oz y afirmo que tiene razón. Tal vez no construir, pero los libros que leo son reales mientras transcurre su vida, ese período cerrado e inamovible otorgado por el autor a sus personajes en el que quedan eternamente confinados. Así es como he vivido historias a Contraluz de las que he llegado a pensar que se trataban de una Broma infinita de esas que sólo acontecen cuando el calendario nos dice que estamos en el año 1Q84. He pasado miedo porque ha sido una época de guerras, pero no de esas que terminan en números romanos no... ha sido época de guerras terminadas en Z que amenazaban con acabar con la humanidad. Así que ha tocado pasar miedo, por si alguien llamaba a la puerta diciendo eso de: Déjame entrar. He descubierto que las mejores historias de amor también pueden ser ficción por acabar siendo La mujer del viajero en el tiempo, o se pueden teñir si suceden en La ciudad de los ojos grises. He visto que vivimos en Un mundo sin fin en el que las noticias pueden hablar de La caída de los gigantes sin que nosotros sintamos que retumba el suelo... tal vez sea porque vivimos en un sótano al que llamamos La habitación, o acaso sea porque nos entretiene El brillo de las luciérnagas. He sucumbido a clásicos maravillosos como La piel de Zapa y también a Bestseller entretenidísimos como Terapia. Y la novela negra, un género que no deja de crecer tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. He descubierto a Thompson, a Víctor del Árbol, a Kureishi... también a autores pujantes, que espero exploten pronto como Pablo de Aguilar y más nombres, y más libros y editoriales menores que no conocía y que se basan en el cuidado de sus ediciones.
     He descubierto que hay un mundo de letras tras las letras y otro en ellas, y que es cierto eso de que un libro puede cambiar algunas cosas para un lector. Siempre que se reúnan las máximas de La mano de Gorki: no vale un libro cualquiera, ni un lector cualquiera, ni un momento cualquiera.
     Y he descubierto algo que ya sabía, que me gustan los libros, y las librerías y las bibliotecas... y que me gusta leer y leeros. Así que muchas gracias, de verdad, por esa barbaridad tremenda de apoyo que suponen tantas visitas y, por favor, no dejéis de sugerir libros, librerías, bibliotecas, autores... a fin de cuentas, la diferencia entre ayer y hoy es que hoy se cuantas veces habéis venido a visitar vuestra casa. Y espero que repitáis.
     Gracias

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