Nubes sobre la tierra y océanos de un modelo del pasado de Venus. Crédito: NASA.
Venus pudo haber tenido un océano superficial de agua líquida y temperaturas superficiales “habitables” por hasta 2.000 millones de años de su historia primitiva, según un modelado computacional del clima antiguo del planeta realizado por científicos del Instituto de Estudios Espacial Goddard (GISS) de la NASA en Nueva York.
Los resultados fueron obtenidos con un modelo similar al tipo usado para predecir los cambios climáticos futuros en la Tierra.
“Muchas de las mismas herramientas que usamos para modelar el cambio climático en la Tierra pueden ser adaptadas para estudiar climas en otros planetas, tanto pasados como presentes”, dijo Michael Way, investigador en GISS y autor principal del artículo. “Estos resultados muestran que el Venus antiguo pudo haber sido un lugar muy diferente del que es hoy”.
Hoy, Venus es un mundo infernal. Tiene una aplastante atmósfera de dióxido de carbono con 90 veces el espesor de la de la Tierra. Casi no hay vapor de agua. Las temperaturas alcanzan los 462 grados Celsius en su superficie.
Durante mucho tiempo, los científicos han teorizado que Venus se formó a partir de ingredientes similares a los de la Tierra, pero siguió un camino evolutivo diferente. Las mediciones de la misión Pioneer a Venus en la década de 1980 sugirió por primera vez que Venus pudo haber tenido originalmente un océano. Sin embargo, Venus está más cerca del Sol que la Tierra y recibe mucha más luz solar. Como resultado, el océano primitivo del planeta se evaporó, las moléculas del vapor de agua fueron rotas por la radiación ultravioleta, y el hidrógeno escapó al espacio. Sin más agua en la superficie, el dióxido de carbono aumentó en la atmósfera, llevando a un efecto invernadero desbocado que creó las condiciones actuales.
Estudios previos, han mostrado que la rapidez con que un planeta gira sobre su eje afecta la existencia de un clima habitable. Un día en Venus dura 117 días terrestres. Hasta hace poco, se asumía que una gruesa atmósfera como la del Venus moderno era necesaria para que el planeta tuviera su velocidad de rotación actual. No obstante, investigaciones recientes han demostrado que una atmósfera delgada como la de la Tierra actual podría haber producido el mismo resultado.
Otro factor que impacta sobre el clima de un planeta es la topografía. El equipo de GISS postuló que, en general, el Venus antiguo tuvo más tierra seca que nuestro planeta, especialmente en los trópicos. Eso limita la cantidad de agua evaporada de los océanos y, como resultado, el efecto invernadero del vapor de agua. Este tipo de superficie parece ideal para hacer habitable un planeta; parece haber tenido bastante agua para soportar vida abundante, con tierra suficiente para reducir la sensibilidad del planeta a cambios de la luz solar recibida.
Way y sus colegas de GISS simularon las condiciones de un Venus primitivo hipotético con una atmósfera similar a la de la Tierra, un día tan largo como el del Venus actual, y un océano superficial consistente con los datos de la sonda Pioneer. Los investigadores añadieron información sobre la topografía de Venus obtenida por las mediciones de radar de la misión Magellan de la década de 1990, y llenó las tierras bajas con agua, dejando las tierras altas expuestas como continentes venusianos. El estudio también consideró un Sol antiguo hasta 30% más tenue. Incluso así, el Venus primitivo recibía aproximadamente un 40% más de luz solar que la Tierra en la actualidad.
“En el modelo de la simulación de GISS, la lenta rotación de Venus exhibe su lado diurno al Sol durante casi dos meses por cada vez”, dijo Anthony Del Genio, coautor del artículo y ex científico de GISS. “Esto calienta la superficie y produce lluvia que crea una capa gruesa de nubes, la que actúa como una sombrilla para proteger la superficie de gran parte del calentamiento solar. El resultado es temperaturas medias que en realidad son unos pocos grados más frías que las de la Tierra actual”.
El artículo “Was Venus the First Habitable World of our Solar System?” fue publicado en línea el 11 de agosto de 2016 por Geophysical Research Letters.
Fuente: NASA