A todos nos ha llegado esa sensación de incertidumbre cuando pasamos del colegio al instituto. Una sensación casi incluso de miedo. De qué va a ocurrir ahora, qué es eso de las novatadas, cuánta gente habrá... Pues puede que esa haya sido mi primera sensación al pisar una Unidad de Salud Mental, antes conocida para mí como psiquiátrico. Pensaba que al llegar iba a ver a usuarios, antes para mí pacientes, corriendo sin sentido de un lado para otro, gritando y alguno de ellos en una esquina sin mediar contacto con nadie. Y para todo ello iba equipado con un escudo, que era evitar cualquier contacto visual con ellos, y una espada de conocimiento si tal hecho ocurría, espada que se derritió a los pocos segundo de estar allí.A medida que han pasado los días me doy cuenta que todas esas ideas vacías de contenido se transforman y todo se torna mucho más agradable.Me he dado cuenta que se puede trabajar mucho con ellos, y que sí se aprecia mejoría.
Que muchas actividades que tal vez en un colegio serían un tedio, aquí son muy valoradas e incluso consideradas un premio y una grata distracción.Los usuarios de una Unidad de Salud Mental son personas con una enfermedad más como cualquier otra, y debemos tratarlos como tal.Agradecen todo lo que haces por ellos e intentan participar en todo lo que pueden. Me he percatado que son ellos los que tienen la barita de director de orquesta y son ellos los que deben ser responsables y tomar las riendas de su enfermedad, ya que nosotros estamos ahí para ayudar, pero no para dirigir sus vidas.También he descubierto cosas fascinantes dentro de determinadas enfermedades mentales. Porque una cosa es estudiar los síntomas de un trastorno de esquizofrenia y otra verla en vivo y en directo. Uno no se puede hacer a la idea.Creemos que salimos de la carrera como profesionales en la materia, que ya no hay mucho más que aprender, y en realidad, salimos con una base de conocimiento y es con ese contacto con los usuarios cuando se empieza a aprender de verdad, empezamos a ser profesionales y todo esto con su ayuda. Los usuarios nos ayudan a adquirir conocimientos para poder a la vez ayudar a otras personas en condiciones similares, por ello hay que darles un papel activo en el tratamiento y así poder mejorar sus condiciones en la medida que se pueda y en el menor tiempo posible.Por último comentar que los días de prácticas se pasan volando, y que con ayuda de las personas ingresadas en las diferentes unidades, el trabajo se hace mucho más fácil y enriquecedor.
Texto escrito por Daniel González, alumno de Psicología en prácticas en el Área Externa de Salud Mental de Tenerife.