Revista Opinión

Un nuevo día que ya es viejo, por conocido

Publicado el 21 febrero 2012 por Carmentxu

Un nuevo día que ya es viejo, por conocidoHe soñado que despertaba. Aún medio adormilada, con un sudor frío helándome las sienes, oía en mi despertar soñado que se habían alcanzado los 20 grados en Sevilla y en Córdoba, pero el clima va por barrios y aquí donde habito hacía frío. No me servían las palabras que mágicamente salían de la radio-despertador que me desanima las mañanas. Era tan temprano, o tan tarde, que lo mismo podría haber estado levantándome que yéndome a dormir. Ese aturdimiento de primera hora parecía que no iba a acabar nunca, como la crisis, como la deuda creciente, como todas las deudas, como la respiración asistida a ese enfermo terminal que es Grecia, que se debate entre la vida y la muerte cada día que pasa. El paquete de ayuda aprobado esta madrugada en una sesión maratoniana como nos tienen acostumbrados, ya cansados, aburridos, insomnes y abotargados los dirigentes europeos, los banqueros, los tecnócratas, es un coma inducido a Grecia para que siga respirando, pero sin solución de recuperación. A cambio de 130.000 millones de euros, Grecia vuelve una vez más a vender su alma a dios, o lo que queda de ella. El alma de un país es su soberanía, la capacidad de decidir su destino, de administrar sus recursos en función de sus necesidades y no de las de otros extraños, ajenos a su realidad y a ellos mismos.

Un nuevo día que ya es viejo, por conocido
A estas horas, el sol ha ganado la partida a la oscuridad. Impuesto como se impone el mercado: incontestable, intratable,… pero sigo sin poder distinguir el despertar soñado del real. Parece que ha empezado un nuevo día que, en realidad, es un viejo día, por conocido, porque el futuro sigue por los suelos, sangrante y apaleado.

 


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