En 2018, la ciudad de Palma de Mallorca se propuso reformar su paseo marítimo frente a la zona portuaria, y convocó un concurso abierto para ello. Hoy os contamos algunos detalles sobre nuestra propuesta, que quedó finalista.
El reto consiste, principalmente, convertir lo que ahora es una barrera, un borde, en un nuevo espacio urbano que conecte la ciudad con el puerto. Nosotros proponemos una transición en la forma de entender ese espacio público, desde concebirlo como un “paseo” lineal a verlo como un “frente” marítimo más amplio, un lugar donde la ciudad pueda expandir sus usos actuales y descubrir otros nuevos.
La propuesta es crear un espacio con nuevas cualidades, un eje cívico donde la ciudad pueda ver reflejada su identidad, aportando representatividad y, sobre todo, añadiendo a ese espacio valor de uso para ciudadanos y visitantes. No se trata, por tanto, solamente de un proyecto de pacificación del tráfico y renaturalización, sino de caracterización y activación.
El enfoque general del proyecto se puede desglosar en una serie de criterios o líneas de actuación. Estas líneas se han agrupado en cuatro “frentes” (integrado, ambiental, activo y conectado) entendidos como capas del frente costero que sintetizan las prioridades de la propuesta e ilustran la visión de la ciudad que la sustenta.
Frente Integrado
El frente integrado hace referencia, principalmente, a la movilidad y la accesibilidad. Recoge los criterios propuestos en las bases y profundiza en ellos aportando soluciones comprometidas con la sostenibilidad, la seguridad y la amabilidad de los espacios públicos. Esta integración requiere una mirada crítica tanto a nivel físico o de infraestructura como de gestión y servicios.
Por un lado, se asume como criterio fundamental la pacificación del tráfico rodado y la continuidad longitudinal de los recorridos para bicicletas y peatones, a la vez que se reducen y concentran las plazas de aparcamiento. Por otro, se contempla el transporte público de forma integrada y multimodal, conectando con otros modos de transporte, tanto terrestres como marítimos. Se aumentan también las conexiones transversales a nivel peatonal, buscando dar mayor acceso a los barrios circundantes, y se disminuyen las barreras existentes entre los distintos niveles del paseo y el puerto.
Frente Ambiental
El frente ambiental va más allá de la idea de renaturalización, incorporando no solamente criterios de diseño sostenible y bioclimático, sino medidas que entienden lo “ambiental” también desde la percepción, el atractivo y el confort. La suma de elementos naturales y artificiales contribuye a crear ambientes o atmósferas con carácter propio a través de la luminosidad, la ventilación, los olores, la humedad y otros parámetros.
La capa ambiental es, por tanto, la base para la construcción de la identidad de todo el frente marítimo, y en especial de sus nodos activos o plazas.
Frente Activo
Este frente atiende a la activación del espacio público, un área que el anteproyecto aborda de forma superficial. Se busca diversificar y aumentar la vida urbana a lo largo del día, de la semana y del año, ya sea desde la incorporación de usos existentes o mediante la introducción de otros nuevos que los complementen.
Para ello se trabaja, por un lado, en la creación de espacios que faciliten la aparición y realización de actividades diversas, superando la concepción lineal de un paseo marítimo. Por otro, se estudia el mobiliario, el equipamiento y otras condiciones necesarias para que actividades de uno u otro tipo se puedan dar de forma adecuada e incluso espontánea. Se busca en todo momento un equilibrio entre las expectativas y factores de atracción de visitantes o turistas y, de forma irrenunciable, la calidad de vida de los residentes y vecinos de Palma.
Frente Conectado
El frente conectado añade toda una nueva dimensión a través de la introducción cuidadosa de la tecnología digital en el espacio público. Sensores, actuadores y marcadores se conectan a una plataforma que propone nuevas formas de relacionarse con el espacio público, obtener información de él, e incluso adaptarlo a las propias necesidades o implicarse en su desarrollo.
En la búsqueda por dar profundidad al concepto de smart cities y acercarlo al de smart citizens, se propone la implementación de una “capa digital” orientada a la ciudadanía, mejorando y amplificando la experiencia de uso del espacio público y multiplicando sus posibilidades.
La plataforma digital estaría formada por una serie de elementos:
- Sensores, que permitirían hacer lecturas en tiempo real del espacio público (confort, actividad, ambiente).
- Actuadores, que permitirían modificar a voluntad ciertas condiciones del espacio público (iluminación, desbloqueo de mobiliario).
- Marcadores, como códigos QR, etiquetas RFID o puntos de acceso WiFi con portal cautivo, que facilitarían el acceso a la capa digital desde el espacio público.
- App de visualización e interacción: aplicación web adaptada a móviles con capacidad de geolocalización, que daría acceso a toda la información disponible y a diferentes posibilidades de interacción con el entorno o con otras personas. Conectaría tanto con secciones propias como con servicios de terceros, como las redes sociales.
Espacios con carácter propio
En la combinación de esos cuatro frentes de transformación descritos con las propias características del lugar, surgen una serie de espacios singulares. Cada uno de ellos se ha diseñado buscando crear un ambiente y un carácter propios, y favoreciendo distintos tipos de actividades según su ubicación o características: Puerto Interactivo, Solarium Urbano, Bosque Marítimo, Puerto Cultural y Plaza del Deporte. De este modo, los espacios a lo largo del frente marítimo se complementan entre sí, introduciendo una variación que disminuye la monotonía y da a cada sección del frente un interés único para residentes y visitantes.
A continuación os dejamos algunas imágenes más de estos espacios, y el documento del proyecto: