Revista Viajes

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Por @asturiasvalenci Marian Ramos @asturiasvalenci

Parece un espejismo pero es verdad. En medio de una llanura seca y árida de Zaragoza aparece un oasis llamado Parque Natural del Monasterio de Piedra. Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra El río Piedra, fuerte, caudaloso abrió una brecha en la roca; un tajo profundo creando saltos de agua, cascadas, grutas y lagos. 

Y allí, donde la tierra parece romperse en su pacto con el río, aparecen idílicas cascadas donde el agua se dispersa en millones de gotas traslucidas al sol, para volverse a conciliar con la tierra y su río nuevamente muchos metros más abajo.

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra
Nos encontramos a tan solo unos dos kilómetros de Nuévalos, antiguo enclave templario.Calzamos botas de montaña porque aunque el recorrido por sus senderos en fácil y nos va a llevar poco tiempo hay rincones en los que la humedad es constante y el terreno está encharcado. A su vera, sauces, chopos y más alejados los olmos.
Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra
Agua, rocas y vegetación. Rocas que un día estuvieron en el fondo del mar. Y que más tarde, debido a la misma fuerza orogénica que creó el sistema montañoso de los Pirineos, se quedaron en la superficie. Desde entonces, la erosión del agua fue la encargada de crear este paisaje desbordante del Monasterio de Piedra. Lo vemos a cada paso que damos en sus caminos rodeados de tupida vegetación gracias a esta humedad tan insólita del Sistema Ibérico.
Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra
Antes de abrirse en numerosas cascadas, el río Piedra, se divide en dos ramales: uno de ellos riega los huertos y jardines del monasterio. El otro ramal, se divide en dos abriéndose camino entre las brechas y desniveles para reunirse de nuevo y prepararse para dar el salto espectacular de la Cola de Caballo. Un desnivel de unos 50 metros que esconde detrás un gran tesoro natural: la Gruta Iris.

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Cola de Caballo

¿Qué decir de la Gruta Iris? Simplemente el recorrido que hacemos para llegar a ella ya nos atrae poderosamente la atención. Entre túneles excavados en la roca y con alguna abertura que nos permite curiosear el paisaje que nos espera en el exterior. Una bellísima cueva profunda con un ambiente verde e intensamente mágico vestida de estalactitas y donde los rayos de sol crean juegos de colores diferentes y saltarines. Entran tamizados, porque la poderosa cascada de la Cola de Caballo así se lo permite.


Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra


Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Gruta Iris

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Gruta Iris

Por el Lago de los Patos llegamos a la cascada de La Caprichosa. Un entorno pintoresco con  vallas de madera y grandes árboles.

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Cascada La Caprichosa

Y después de los estruendos de los saltos de agua vienen los remansos de paz como el del Lago del Espejo. Aquí todo tiene su doble esencia. 

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Lago del Espejo


Porque la imagen danzante de los árboles movidos por la brisa se desdobla en el agua y baila a los reflejos del sol. Su fondo transparente de agua cristalina nos ofrece la imagen de la vegetación que contempla el lago y de nosotros mismos si nos acercamos a él. Un Lago del Espejo a los pies de la rojiza Peña del Diablo que corona uno de los rincones más románticos del parque entre puentes hechos con troncos y pasarelas.

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Lago del Espejo


Nos esperan otras cascadas con nombres tan sugerentes como Trinidad, Los Vadillos, Los Fresnos… Otra gruta entre gotas de agua saltarinas como la del Artista; senderos y caminos entre bosques y vallas de madera o el vuelo de rapaces…

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Gruta del Artista

Más allá de estas cascadas y lagos, nos acercan a la realidad su piscifactoría y el propio edificio del Monasterio de Piedra

Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra


Santa María de Piedra fue un monasterio fundado por la Orden del Cister en el año 1194. Lo construyeron cercano a un castillo y dominando un vergel salvaje y natural. En su origen este edificio fue una fortaleza musulmana que Alfonso II cedió en tiempos de la Reconquista a la Orden del Cister. Un monasterio de piedra rojiza y unos jardines de verde intenso fueron capaces de mimetizarse completamente con el resto del paisaje que tenían a sus pies.


Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra


Mucho esfuerzo debió costar a los doce monjes trasladados desde el Monasterio de Poblet para dominar y canalizar el río Piedra. Así regaron sus huertos y jardines. Dicen que tardaron veintitrés años en construir la totalidad del monasterio. 


Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra


Y como hemos ascendido y descendido por los senderos del parque natural nos imaginamos la precaria comunicación y la dificultad que debieron tener aquellos hombres en la construcción y mantenimiento de la palabra de Dios. Vivieron casi setecientos años aquí hasta que fueron expulsados definitivamente por la Desamortización de Mendizábal.


Un oasis en Zaragoza: el Parque Natural del Monasterio de Piedra

Una visita guiada donde vamos a conocer la antigua abadía, la cripta, algunas capillas y la cocina donde se elaboró el primer chocolate de Europa. Fue Jerónimo de Aguilar quien envío el cacao y la receta al Abad del Monasterio de Piedra. ¡Y sus monjes los encargados de elaborar esta delicia…! 


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