Un partido para disfrutar

Mientras el campeonato argentino pierde en nivel y emoción, este domingo parece que habrá un plato fuerte como para reavivar las esperanzas.

Boca, puntero indiscutido será local de Racing, escolta a ocho puntos y con mínimas esperanzas de obtener el primer puesto. Tal vez, esta sea su última oportunidad para seguir creyendo, como cree un niño en Papa Noel. De todos modos, será un partido interesante en el que habría que focalizarlo más en el juego que en el contexto.

Los hinchas de Racing lo llamaron, “el partido del semestre” aunque internamente saben que los reclamos al DT y el disgusto por el exceso de empates y bajo rendimiento, los convierte más en soñadores que otra cosa.

Lo que nadie podrá discutir, porque lo dictan los números es que los dos llegan invictos y tienen grandes jugadores. Seguramente, posean los dos planteles más ricos del país, a pesar de estar en deuda y deberles algo más que puntos a sus simpatizantes. Allí podría radicar la clave para ilusionarse con ver un buen rato de fútbol: la ambición, las deudas, la capacidad.

El Xeneize viene a un ritmo cansino que le permitió valorar el punto obtenido en Liniers ante Vélez. Nuevamente no contará con Juan Riquelme y Falcioni no definió al centrodelantero que acompañará a Mouche (Blandi o Cvitanich, recuperados de sus lesiones). Chávez será el enlace tras su muy bueno desempeño y Rivero volverá al carril derecho.

La Academia viene más golpeada. El triunfo ante Argentinos no dejó conforme a todos y encima Teófilo Gutiérrez sumó un nuevo escándalo en el club de Avellaneda. Luego de ser parte de la selección de Colombia, no retornó al país inmediatamente y lo hizo este viernes por la tarde sin participar de las prácticas. Su presencia será una incógnita hasta el horario del partido, mientras el cafetero acumula su peor racha sin convertir desde que viste la blanquiceleste. Además, Simeone tiene dudas en el mediocampo en el que Castro, Espinoza y Toranzo vienen rotando en las prácticas.

El domingo con arbitraje de Pitana se verá la verdad de la historia. Habrá que valorar más el partido por el juego que por el contexto. Aunque quien sabe, en una de esas, los ocho puntos de diferencia pueden convertirse en un calvario con cuatro fechas en camino.