Senderismo y fotografía desde Aragón presenta la ruta del día...
Hola fotógrafos universales, buscadores de tesoros en la naturaleza, observadores de aves y flora diversa. Hoy presentamos una nueva ruta, mejor dicho, un nuevo paseo, esta vez por el Jardín Botánico de Zaragoza, joya local, con mucha historia, ubicada dentro del parque J.A. Labordeta o Parque Grande. Conocido así generalmente por el público, El Botánico tiene oficialmente el nombre de Javier Winthuysen, pintor y paisajista, impulsor en el pasado siglo de las reformas en este espacio y en otras zonas del parque.
Los días de invierno invitan a la observación de las aves. Los árboles de hoja caduca no tienen hojas. Permite espiar mejor a la fauna alada, especialmente, a los pequeños pajarillos que, en otras estaciones, se camuflan detrás del manto verde.
Nuestros pasos nos encaminan al Jardín Botánico. Los bancos son fieles escuderos. Doblamos a la derecha y entramos. Un visitante nos espera, como un guardián: un ejemplar de pato doméstico, de la familia Cairina moschata domesticus. Otros ejemplares de la misma especie se dan un chapuzón en una acequia cercana.
Un charco cercano atrae a las aves para refrescarse. Unas entran, otras salen. Hay un movimiento constante. Sólo hay que esperar y tener un poco de paciencia, para ver quien es el siguiente. Comienza el baile con una curruca capirotada hembra (Sylvia atricapilla), con su destacada boina rojiza...
A continuación, hacen su entrada y de la mano, un herrerillo (Parus caeruleus) y un picogordo hembra (Coccothraustes coccothraustes). A pesar de la diferencia de tamaño, cada uno ocupa su espacio, y hasta se permiten mirar al objetivo de la cámara. Después, el herrerillo, se marcha volando para posarse en una rama cercana...
Junto a la acequia, un mosquitero (Phylloscopus collybita) campa a sus anchas. Mientras, en nuestro particular abrevadero, hacen su aparición un ruiseñor (Luscinia megarhynchos) y un pinzón (Fringilla coelebs)...
Por último, el zorzal charlo (Turdus viscivorus) no podía faltar a su cita. Merodean varios ejemplares por el Jardín Botánico zaragozano. Aquí queda retratado, para la posteridad... ¡Ah!, en la última fotografía, acompaña al zorzal un precioso mirlo (Turdus merula).
Y hasta aquí la entrada botánica de hoy. Pero no dejamos de lado este precioso jardín zaragozano. Dentro de poco, más... ¡Hasta pronto!