¿Los vinos y las uvas? Extraordinarios. Todos los que probé, y fueron muchos (como debe ser para hacerse una idea lo más representativa posible). Si hablamos de cepas, las blancas se llevan la palma y las hectáreas, y de ellas los galones los carga la magnifica Riesling, con permiso de Gewurztraminer, Pinot gris (sorprendentes) o Pinot Blanc. Puedo escribir un libro si me pongo en tema, así que, si quieren disfrutar de blancos extraordinarios, cada uno en su estilo, pero siempre cargados de frescura y mineralidad, este es su lugar. Sin embargo, como me reconozco un enamorado de Francia, lo soy también de la Pinot Noir, y allí, aunque en menos proporciones, he probado auténticos “pinotasos”. Frescos, minerales, elegantes, frutados, puro lujo.
Lo suyo en el tema vino es sencillo: visitas las bodegas repartidas por los pueblos (todas tienen su pequeña tienda y ofrecen todo lo que producen) y allí pides lo que quieras probar (la media de la copa de vino en la bodega cuesta alrededor de 3 €). Si no, compras algunas botellas (el precio varía entre añadas y vinificaciones, pero puedes llevarte muy buenas cosas por un precio que ronda entre los 10€ y 20€) y las degustas en el hotel mientras cenas cualquier cosa (la comida alsaciana no pasará a la historia, pero sus precios sí, bastante cara). Nosotros la mayoría de las veces lo hicimos así… compramos botellas diferentes y a probar acompañando un pizza o hamburguesa.
Pinot Gris... sorpresa para mi, unos blancos vibrantes y elegantes únicos
¿Qué bodegas visitar? Nosotros fuimos con todo estudiado previamente, pero al llegar allí nos sorprendió tanto la cantidad de bodegas que había, que resolvimos ir a la aventura y sorprendernos. Es la mejor forma… o al menos la que más se disfruta. En general buscábamos los vignerones independientes o los productores de vinos biológicos o biodinámicos (están perfectamente señalizados a la entrada de la tienda o bodega). ¡Lo más curioso es que suelen ser lo que tienen precios más bajos!
¿Con respecto a los viñedos? Nuestra recomendación es perderse y disfrutar como niños. Más que viñedos son jardines dispuestos a los pies de la colina, entre los pueblos, uno más bonito que otro. Hay caminitos que te llevan de un lado a otro, todos indicados, pero si te pierdes, ¡Mejor!
¿Qué es lo más bonito? Los pueblos y ciudades…. Una hermosura, difíciles de describir, hay que verlos. Pueblos medievales, a veces no más grandes que 30 o 40 casas, inundados de flores que nuestras retinas no alcanzan a analizar. No se pueden perder Ribeauvillé, Eguisheim, Turckheim, Kaysersberg o Riquewihr por mencionar algunos de ellos. En ciudades algo más grandes, pero caminables como un pueblo, Colmar es hermosa y más enófila que Estrasburgo, pero esta última es para mí una de las ciudades más hermosas que he visitado en Europa. Nosotros hicimos base logística en Estrasburgo y creo que fue un total acierto, tienes todo cerca (incluso la Selva negra en Alemania a 45 minutos, imperdible si andan por la Alsacia) y nunca te cansas de perderte por sus calles y canales.
¿Precios? Hay de todo, en general todo es bastante más caro que en España (lógicamente) pero se puede hacer turismo económico cuidándose un poco, sobre todo a la hora de comer o cenar fuera, ya que puedes dejar uno o dos riñones en algunos lugares. Fuera de esos grandes lujos, a mitad del día en cualquier terraza, un flambee (una especie de pizza muy finita, exquisita) y una copa de vino o cerveza te permitirá disfrutar si dejar maltrecho el bolsillo.
Y aquí lo dejamos…o me pondré pesado. Si están pensando en visitar la Alsacia, ni lo duden, no se van a arrepentir. Y si además es amante del vino, el disfrute será el doble. Extraordinario viaje que esperamos repetir algún día.
Salute!Rumbovino9 años comunicando sobre vinos, paisajes y bodegas. A favor del consumo moderado y responsable