Portal se ha convertido en un juego de culto. Bueno, quizá esté exagerando, pero las torretas, los núcleos de personalidad y las supuestas tartas con las que Glados, la inteligencia artificial, te compensaría tras las pruebas, se han ganado un hueco en el corazoncito de los jugones. Una prueba es la cantidad de guiños que van apareciendo por ahí, el último de ellos, en el Skyrim, donde podemos ver a cierto núcleo de personalidad obsesionado con viajar al espacio y que acababa la segunda entrega flotando en el vacío más absoluto. Spaaaaaaceeeeeeeeeee!!!!
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