Al contrario que a más de uno, a mí el tito Robert Rodríguez me cae bien. Es un tipo majo, colega de Dios Tarantino, que cuando se juntan puede salir algo realmente orgásmico (Abierto hasta el amanecer y Grindhouse...amor infinito). Pero sin Quentin, Rodríguez también sabe trabajar, y cuando no hace pelis para sus hijos, le salen películas muy divertidas y amor.
No sé, algo de talento tendrá el chaval (¿chaval?) cuando se sacó de la manga un fake trailer de una película que no existía, pero que acabó existiendo. Creó a Machete (grande Danny Trejo), genio y figura. En tres minutos, es capaz de hacernos amar a Machete. De adorarle, de desear que se cargue a todo bicho viviente y que nosotros podamos verlo. Creó a Machete y nos dejó verlo allá por 2007. En tres años, olvidar su nombre ha sido imposible. Al igual que olvidar que no había que joder a los mexicanos. Al menos no a un mexicano como Machete.
Tres años después, tenemos la película que nunca iba a existir, pero que acabó existiendo. Contiene casi todas las escenas del fake trailer, y más. Pero no voy a centrarme en la película, ni siquiera en el personaje del cura, interpretado por Cheech Marin, mi personaje favorito. Porque sí, se pueden decir muchas cosas sobre la película y sobre lo enorme que es el cura a pesar de salir muy poco, pero vamos a hablar de Machete.
Machete no envía mensajes. Machete improvisa. Machete no habla casi, pero a nadie le importa, porque cuando lo hace, vas a celebrar lo que diga como si fuera una revelación del mismo Jesucristo. Aunque diga "no me gusta el queso", qué más da, lo ha dicho Machete -y lo dice una adicta al queso-. Y lo más importante: Machete reparte hostias como panes y mata a la gente como si fueran cucarachas. Y eso mola. Cualquier cosa puede servirle de arma, incluso una mano amputada que no suelta una pistola. Qué estilo matando, oye, qué crack. Os digo yo que lo dáis cualquier objeto que penséis que no es peligroso, y lo convierte en un arma más.
De mayor quiero ser como él, no me harían falta bates de beisbol para defenderme de los malvados. Con cualquier cosa me apañaría y haría una sangría. Yay : D
Machete es un grande de la acción. Sus orgías son amor: con tías buenorras y de sangre.¡qué macho es!). Se merece su propia figurita de acción. Es un mito, y él lo sabe. Y lo sabemos todos. Y es que con ese nombre y esa forma de matar, no podría ser de otra manera.
Machete, tú molas.
Tal vez sea porque me tomo estas películas con el mismo cachondeo que se las toma Robert Rodríguez...aunque no concibo otra manera de tomármelas. Y oye, cómo se disfruta así. No entiendo las críticas tan bestias y tanta decepción, yo creo que da lo que promete. Aunque reconozco que la idea quizá se podría haber aprovechado un poquito más, que podría haber sido incluso más divertida (y ya lo es); tal vez sea porque hay un rato que se pierde un poco el ritmo y el rumbo, pero vamos. No voy a negar que me lo he pasado como una enana. ¡Gracias Machete por volver tres años después!
Y yo creo que de Machete se puede disfrutar más en compañía de colegas. En mi caso, de cierta persona, que tiene la suerte de que a su novia le gusten las pelis que parece que solo pueden disfrutar al 100% los tíos. Ah, y en versión original intuyo que mejorará y todo.