Eran las 6 de la mañana cuando le despertó una llamada de teléfono. Apenas tenía fuerza para atenderlo, no sabía aún que esa llamada iba a cambiarle la vida para siempre. Pocas horas después, estaba ya en el Hospital a la espera de las pruebas de compatibilidad para poder ser receptora de un riñón. Cuatro días después regresaba a su casa con un nuevo riñón alojado en su abdomen y toda una vida por delante. La periodista irlandesa Regina Hennelly, contaba sólo 24 años cuando una revisión rutinaria le alertó del fallo orgánico de sus riñones. En pocos meses estaba ya recibiendo medicación diaria y tenía que someterse a diálisis, un tratamiento que le robaba 10 horas de su vida. Su calidad de vida se deterioró gravemente, siempre con miedo, vigilando escrupulosamente su dieta:” Un plátano puede matarte”. Beber muy poca cantidad de líquidos, evitar la sal y los alimentos que contienen fósforo y potasio son algunas de las medidas que deben adoptar los enfermos renales.
“Cuando la función renal cae por debajo del 20% y tu esperanza de vida para los próximos 5 años queda reducida a un porcentaje nada halagüeño, es cuando te incluyen en la lista de espera”. Así, mientras su salud se deterioraba poco a poco, transcurrieron dos años y siete meses, hasta que un día el azar unió su destino con un fallecido cuyo riñón resultó compatible. Este suceso desencadenó un cambio de escenario inesperado. Recobraba la sonrisa mientras pensaba en el milagro de recibir vida de quien acaba de morir.
“Desperté y lo primero que hice fue comprobar que ya no tenía cables alojados en mi cuerpo. En su lugar sólo había 36 grapas. Entonces supe que el trasplante había resultado un éxito. Se que no es una cura definitiva, pero he ganado quince años más de vida”– nos explicaba a un grupo de colegas del periodismo sanitario reunidos la semana pasada en un encuentro monográfico organizado por la Comisión Europea en Bruselas para exponer la situación de los trasplantes en Europa.
El milagro de la vida después de la muerte
Historias similares suceden cada día gracias a un eficaz sistema sanitario que trabaja sin descanso desde la identificación del donante óptimo para cada caso grave en lista de espera hasta el traslado del órgano en las mejores condiciones. Mientras unos familiares lloran la pérdida de un ser querido, en algún otro lugar otra familia recibe la llamada que les devuelve la esperanza, la ilusión de una nueva oportunidad de vivir sin enfermedad.
De la desesperación absoluta de unos a la esperanza espontánea de otros sólo pasan unos minutos. Una vivencia por la que han pasado todos los miembros de la Asociación de Familiares de Donantes de Órganos (AFADA), única asociación similar que existe en nuestro país y que fue creada en 2002 para el reconocimiento de los donantes. Precisamente este pasado mes de junio 2014 inauguró un monumento homenaje a los donantes que puede verse en el jardín del Hospital de Traumatología de Granada. No en vano, Granada es la ciudad la provincia española más solidaria en la donación de órganos, un hecho meritorio del que seguro tiene mucha responsabilidad los Dres. Manolo Burgos y Blas Baquedano Fernández, veteranos coordinadores intrahospitalarios de trasplantes.
Bélgica celebra anualmente una fiesta- homenaje a todos los donantes anónimos. Sus familiares se encuentran y rinden tributo a sus seres queridos. Comparten experiencias y vivencias. “Nada es comparable a recibir una carta manuscrita de agradecimiento de la persona a la que se le ha trasplantado el órgano de nuestra hija” reconocía Lia Van Kempen, fundadora de la Asociación Nabestaanden van donoren (NAVADO) y madre de Kelly, una niña fallecida a los 8 años en un accidente doméstico ocurrido en febrero del año 2000. Este gesto denominado “thank-you letter” es una opción también posible en España gracias a la colaboración de los centros sanitarios que velan por mantener el anonimato de ambas partes que es una exigencia legal.
Un tercio de los trasplantes de órganos realizados en el mundo tiene lugar en Europa.
Para cubrir las necesidades de trasplantes que hay en Europa, cada día sería necesario realizar 170 trasplantes, hoy se efectúan 80, hay 86.000 pacientes Europeos en el lista de espera, de los que lamentablemente cada día mueren una docena porque no hay órganos disponibles para todos. Lamentablemente no todos los que necesitan trasplantes encuentran un donante compatible. Hoy en día sólo en Europa hay 70.000 personas a la espera de poder recibir un riñón, 8.500 necesitan un hígado para poder sobrevivir, 3.850 necesitan un corazón, 2.200 un pulmón y 1.600 un páncreas.
No hace falta morir siempre antes de dar una oportunidad a los pacientes. Hay quien no tiene que esperar a que un fallecido resulte compatible pues en algún lugar un donante vivo decide cederle uno de sus riñones, como así le sucedió al hermano de Sofía, funcionaria de la Comisión Europea. Ella no dudó en viajar a Portugal, su país de origen, en julio de 2008 para la operación. “Sentía que era mi obligación, me parece un acto de amor y nada más. No me siento heroína, no tuve nunca dudas, aunque me pidieron en la entrevista con el psicólogo que me lo replanteara, por si en un futuro mi hija me necesitara. Creo que el futuro no puede paralizarnos en el presente. No haríamos nada si tenemos temor por lo que pueda traer el futuro”. Hoy lleva una vida completamente normal viviendo con un solo riñón, al igual que su hermano, y sólo guarda como recuerdo una cicatriz en su cuerpo que para ella es “una obra de arte”
El modelo español de trasplantes que este año celebra su 25 aniversario está sirviendo de ejemplo a varios países, por ejemplo, sólo en la Región de la Toscana las donaciones se duplicaron al año de haber introducido el modelo español, basado en la implementación de protocolos y la formación continuada del Grupo de coordinadores de Trasplantes y el personal a su cargo así como máxima coordinación en todos los niveles de la administración sanitaria.
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