Juan se pasaba todo el día justificando y quitando importancia a la conducta de sus empleados para no intervenir, para no hacer nada. Juan sabía que ese no era el camino correcto y esta situación le provocaba una gran insatisfacción. Él sentía que no se le hacían caso en la oficina y que no tenía las habilidades adecuadas para hacer frente a los problemas.
Alguna vez intentó decir algo a alguno de sus empleados para corregir una actitud determinada o reprocharles alguna conducta, pero la ansiedad que sentía en ese momento era tan alta que se quedaba bloqueado y al final no decía nada.
Juan se sentía triste y se enfadaba consigo mismo, aumentando su frustración y su ansiedad.
Esta dificultad le afectaba sobre todo en la empresa, pues no era capaz de llevar con eficacia el departamento del cual era el responsable. El asunto le preocupaba tanto que empezó a tener problemas de insomnio. Le daba vueltas toda la noche a la posibilidad de que le echaran de la empresa por ser un mal jefe, ya que no solucionaba los problemas con sus empleados.
Juan vino a consulta muy motivado para solucionar este problema de falta de asertividad, pues decía: “temo que este problema se me vaya de las manos y pierda el empleo”.
¿Qué es la Asertividad?
La conducta asertiva es una manera de comportamiento que permite a las personas adaptarse a la situación y obtener con él recompensas a corto y a largo plazo. Cuando nos comportamos asertivamente, somos capaces de expresar nuestros sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos, a las personas que nos rodean, de un modo adecuado, en cada situación.
El mensaje básico asertivo sería: “Esto es lo que yo pienso; esto es lo que yo siento; así es como veo yo esta situación”. El objetivo es la comunicación de las necesidades y derechos de una persona a otra, de una manera sincera. Y por supuesto, esto no significa la ausencia de conflicto, ya que a veces puede ocurrir.
Esto es lo que yo pienso; esto es lo que yo siento; así es como veo yo esta situación
Detrás de la conducta que NO es asertiva puede haber una serie de ideas irracionales del tipo:
- “No digas cosas que puedan herir los sentimiento de los demás”.
- “Guarda lo que opinas para ti”
- “Los amigos o familiares que te hagan daño se merecen un trato de silencio”
- “Es importante caer bien a todo el mundo”, etc.
Para tratar la falta de Asertividad con Juan en la consulta, se le enseñó las estrategias y habilidades necesarias para mejorar su relación con los empleados de su empresa.
Etapas:
1.Práctica de la conducta asertiva: Aquí el psicólogo servía de modelo de comportamiento asertivo. En consulta se presentaban distintas situaciones por parte del psicólogo y Juan las practicaba y las integraba en su manera de comportarse a partir de ese momento. En este punto se corregía y se diferenciaba entre conducta asertiva y agresiva.
Terminados los ensayos de conducta en consulta, se pasó a poner en práctica lo entrenado a su vida diaria.
2.Realización de diferentes conductas asertivas en el trabajo: Se ponía en práctica lo aprendido en las sesiones con el psicólogo. Se empezó con conductas asertivas que no le provocaran mucha ansiedad, y poco a poco pasó a practicar las conductas que para Juan, eran más difíciles de realizar (como decir a sus empleados que el tiempo para tomar un café era de 15 minutos, no de una hora).
3.Comentarios sobre las dificultades en consulta: Se trata con Juan las posibles dificultades que ha tenido en el trabajo con la práctica de la conducta asertiva.
Detrás de la conducta que NO es asertiva puede haber una serie de ideas irracionales
4.Reducción de la ansiedad: Se le enseñó una técnica de relajación para que se enfrentara a las situaciones sociales más problemáticas con más seguridad y menos nerviosismo.
5.Cambios de pensamientos irracionales: Ante las ideas que tenía Juan sobre cómo comportarse con los demás, (como por ejemplo “No digas cosas que puedan herir los sentimientos de los demás”), se le comenta y se discute con él sobre qué es mejor y más positivo, ser claro y directo, o ir soltando indicios sutiles a las personas.
Después del tratamiento, Juan pudo hacerse con el funcionamiento de su departamento de una manera más eficaz. La relación con sus trabajadores cambió. Les comentaba de una manera correcta lo que esperaba de ellos y no se andaba con rodeos. Los trabajadores a su vez sabían ahora, con claridad, lo que se esperaba de ellos y el departamento empezó a funcionar mejor. Juan se sintió muy a gusto con su nueva forma de afrontar los problemas, con asertividad, y su trabajo dejó de causarle problemas de insomnio.
Artículo previo10 de Octubre: Día de la Salud Mental Julián IllánDon Psico es la representación ilustrada de mí mismo. Mi verdadero nombre es Julián Illán y soy, obviamente, psicólogo. Me licencié en psicología en la Universidad Nacional de Educación a Distancia en el año 1998 y posteriormente hice un Máster en la especialidad de Psicología Clínica. Ejerzo la psicología desde hace varios años y me he especializado en la terapia "Cognitivo-Conductual". Tengo 43 años, soy de Madrid, y sacando provecho de la facultad, heredada de mi querido padre, de que se me da, más o menos bien, dibujar comics, he diseñado esta página web: http://www.donpsico.es/