Un profeta

Jacques Audiard realiza una de las grandes películas del cine europeo del siglo XXI. "Un profeta" es realismo puro y violencia natural. Pero no nos engañemos, no es una película violenta. No abusa de ella pero la necesita. La violencia es inherente a la vida. Un profeta es un canto de supervivencia y el desarrollo del límite de los acontecimientos que hacen que una persona pueda cambiar. Audiard es un director veterano si bien no tiene muchos títulos lo que le ha permitido cuajar una carrera contundente y sin muchas fisuras. Es sin duda uno de los mejores directores franceses.
Cruzar esa delgada línea que todos tenemos y que nos hace vivir o morir. En momentos así sólo cabe la elección y la valentía define al espíritu. Y como siempre se dice, ya no hay vuelta atrás, al menos eso pensamos.
Tahar Rahim borda literalmente su papel y con su juventud demuestra una entereza inusual. Evidentemente se lleva premios a actor revelación en toda Europa. En su corta carrera ya apunta maneras y habrá que ver como apuntilla una clase que parece innata. Niels Arestrup culmina brillantemente toda una carrera dedicada al cine francés con alguna incursión internacional como "War Horse".
Hay que tomar el sol como "Los soprano" o en "Apocalipsis Now". Saber que las cosas cuestan y que una Coca-cola puede ser un bien muy preciado. Porque no es lo mismo viajar en un avión vestido de traje que hacerlo con tu ropa habitual. Es una cinta extensa, pero la historia lo requiere. Es un película sobre la transformación del hombre y la amistad. Porque hay que tocar a un amigo para ver si está vivo, después de todo un verdadero amigo es el que cuidaría de tu familia si a ti te pasa algo.