Los foraminíferos son organismos constituidos por una única célula, de apenas unos milímetros, similares a las amebas, y capaces de formar una concha o testa, dentro de la cual se refugian. Lo llamativo de los ejemplares descubiertos es que llegan a alcanzar 4 cm, lo que los convierte en los mayores conocidos en el Mediterráneo. Además, tienen una extraña apariencia, que inicialmente llevó a considerar que no se trataba de un protozoo sino de un animal multicelular del grupo de las esponjas.
Según describe Manuel Maldonado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que lideró la investigación y consiguió resolver el enigma, «la conformación del pedúnculo y la cabeza de este organismo eran muy similares a las de las esponjas carnívoras que se han hallado en el Mediterráneo. Lo más extraordinario es que la concha estaba formada exclusivamente por espículas (piezas esqueléticas de esponjas muertas) que el protozoo había recogido del fondo marino para construir su concha, cementándolas unas a otras mediante un 'pegamento proteínico' de aspecto similar al que emplean las esponjas».
Según los investigadores, la montaña submarina del Seco de Palos se ha revelado como un lugar de alto interés dentro del Mediterráneo. «Ya era conocida por su importancia para especies como cetáceos, tortugas, atunes o tiburones, pero los hallazgos de sus fondos están resultando también sorprendentes», afirma Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana.
«Esta extraña especie demuestra lo poco que sabemos de nuestras aguas y el peligro real de perder biodiversidad antes incluso de que sea conocida».
Un organismo único
El foraminífero descubierto ha resultado pertenecer a una familia muy poco conocida de estos pequeños organismos, los eschizamínidos, de los que solo se conocen 11 especies. S. oceana es la segunda especie del genero Spiculosiphon descubierta en el mundo y la única en el Mediterráneo. La única especie de este género identificada hasta el momento era Spiculosiphon radiata, descubierta en Noruega hace 40 años a unos 100 metros de profundidad. Pero su tamaño es la mitad de la hallada en el Seco de Palos.El hecho de que estos nuevos foraminíferos compartan similitudes morfológicas y de alimentación con las esponjas carnívoras probablemente se debe a que ambos organismos ocupan ambientes ecológicos similares que les han forzado a desarrollar estrategias similares para alimentarse. Por tanto, Oceana no descarta que en el Seco de Palos puedan hallarse también esponjas carnívoras, como ya se han detectado en otras montañas submarinas españolas, como el Seco de los Olivos (frente a Almería) o las montañas Emile Baudot y Ausias March en el Canal de Mallorca.
Fuente: abc