Revista 100% Verde
Un puñado de letras juntas.
Es increíble, a veces, cómo un puñado de letras juntas pueden abocar al lector a un sublime estado de ausencia y concentración extrema para imaginar, con total nitidez, una película mental. Por otro lado, me impresiona que ese mismo puñado de letras, pueda originar una reacción bien distinta en otro lector. No tiene porqué gustarle a todo el mundo, eso está claro, y nuestro bendito refranero, lo aclara todavía mejor cuando dice: “Para gustos, colores.”
Pero es que, en cierto grado, no deja de sorprenderme y me pregunto a menudo: ¿Cómo es posible? ¿Cómo ha podido este tío gustar a tanta gente y, en cambio, hay otro grupo bien numeroso que lo odia a muerte, o, simplemente, lo detesta?
Una de las respuestas que alguna vez han pasado por mi cabeza, es la posibilidad que cabe de que esa historia es de las que llegan, de las que te marcan o te desmarcan, una simple historia de una vida cotidiana, o una historia tan cruel, que te produce aprensión al leerla, pero el caso, es que no deja indiferente a nadie.
Sé que por ahí, en lugares desconocidos, hay escritores muy habilidosos a la hora de fabricar un texto perfecto, pero, también sé, que algunos de esos escritores tan habilidosos se encuentran con un sentimiento funesto hacia, prácticamente, todo escritor novel que logra triunfar, ya no triunfar, si no, alcanzar un pequeño logro.
En el tiempo que he ido por ahí, “ardacheando”, en grupos varios, he visto mil comentarios en contra de todo aquél que escribe por capricho, en contra de todo aquél que escribe porque le quiere contar al mundo lo ricas que están las lentejas de su abuela, y que lo hacen porque les sale de los cojones, ¿a caso no pueden hacerlo? ¿No deben? ¿Crees qué todo el que escribe debe ser como Zafón, Javier Sierra, Julia Navarro, Reverte, etc? ¿Piensan qué son los putos amos tan solo porque saben ejecutar un texto perfecto? Igual tienen el texto perfecto, pero igual, lo que les falta es echarle los cojones necesarios para contar algo que como poco, debería tener sentido para las vidas de los demás, que origine cierta controversia sentimental, sin dejar rastro de indiferencia. Si no son capaces, más les valdría escribir manuales para el Brico Dépot y demás, y dejen tranquilos a los que de verdad quieren contar algo. He oído críticas porque, “un tío que no sabe ni coger el lápiz, tiene 500 y pico seguidores”. ¿Y tú que eres, el puto Ken Follett?
Yo no soy nadie, ni pretendo serlo, y seguramente sea más malo que arrastrao en esto de escribir (aquí me juzgáis vosotros, si lo hiciera yo estaría muy feo, todo serían flores y aplausos, es lo que tiene quererse tanto a uno mismo), pero, una cosa sí que sé: No voy por ahí diciendo lo mierdas que son los que quieren escribir y quizá no logren hacerlo del todo bien, en ese caso les doy mi opinión y si puedo, les sugiero cómo hacerlo. Y si no me gusta lo que cuentan, a otra cosa mariposa. Pero NO, los voy a joder porque quieran expresarse, airarse, desfogarse o, en algún caso, exhibir sus penurias literarias.
Por favor, dejad de joder y pedid trabajo a Ikea y compañía, los manuales no se escriben solos, y ellos, sí que buscan perfección léxica, gramatical y tipográfica.
Sin ánimo de ofender, que os den por culo.