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'Un racimo de grosella', de Paul de Kock

Publicado el 04 octubre 2017 por Carm9n @Carmenyamigos
'Un racimo de grosella', de Paul de Kock
Tras esta entrada, con algunos apuntes que nos permitan comprender un poco la figura de Charles Paul de Kock dentro de la historia de la literatura, toca hoy la reseña de la primera lectura de este autor, Un racimo de grosella (Une grappe de groseille).
Entrar por primera vez en la obra de un autor produce la emoción del descubrimiento, de lo nuevo; y si además se hace con una obra de la que se desconoce absolutamente todo, la expectación es mayor y la sorpresa está, con casi total seguridad, garantizada.
"Acababa de sentarse un jóven en el café que hace esquina al bulevar de la Magdalena y calle de Luis el Grande, y que se llama , segun creo, el café Napolitano, citado sobre todo por sus helados excelentes, que valen tanto, y aun podria decir que valen más que todos los que se toman en Italia, y sobre todo en Turquía, tierra clásica del sorbete."
(La ortografía corresponde a la edición de 1865)Así se inicia la narración de Un racimo de grosella, una lectura sencilla- sin exigencia alguna en cuanto a temática, estilo, vocabulario ni desarrollo de la acción- y, para qué negarlo, entretenida. Un grupo de calaveras de clase alta, con la renta asegurada y, por tanto, ociosos, se divierten en el voluptuoso París de finales del siglo XIX buscando una nueva belleza que conquistar, pero con desigual éxito. El marqués de Abelino, la joven, bella y virtuosa marquesa de Abelino y una joven, igualmente bella y rodeada de misterio, Agustina, entrarán en la vida de Dorecelle, el más destacado del grupo de calaveras por fortuna y apostura, y todo se enredará. 'Un racimo de grosella', de Paul de Kock
Definimos a Paul de Kock en la entrada anterior como un autor populista, pero desde luego no un revolucionario; las clases sociales y los lugares que habitan dominan cada una de ellas están bien definidas. Tanto que el salirse uno de los personajes del entorno que le es propio, vulnerando ciertas reglas sociales, determinará y acarreará el consiguiente drama.  
La nobleza y la ociosa clase alta en busca de divertimento- la clase baja aparece en alguna escena de fondo pero sin interactuar con los personajes- el vals de los sofisticados y selectos bailes de salón y el cancán del popular baile de Mabille en los campos Elíseos, el bullicioso y descocado París de finales del siglo XIX con sus alegres grisetas configura el ambiente en el que la mujer ha de guardar su virtud como salvaguarda de su dignidad y su aceptación social y en el que el hombre se divierte acosando sin tregua esa virtud sin menoscabo alguno, más bien todo lo contrario, de su buen nombre'Un racimo de grosella', de Paul de Kock
La novelita está llena de humor. Este humor, eso sí,  es ingenuo- ya no sorprende al lector del siglo XXI, resabiado y de vuelta de muchas cosas, como no sorprende el jueguecito de engaños que tiene lugar en la novela- y algo torpe y brusco a veces pero, aún así, despierta unas cuantas sonrisas con las situaciones en las que se ven envueltas los ridículos personajes de  Polidoro de Nanterre y  Detraque, o con las fallidas  tentativas de matrimonio de Godineau. Estos tres  personajes forman el contrapunto perfecto para Dorcelle, el protagonista de la historia principal, la historia de romance/seducción que merece en ciertos momentos una tonalidad algo más seria. 
He tenido la suerte de poder adquirir Un racimo de grosella en castellano en una vieja edición, la de la imagen, de 1865 publicada en Madrid por Carlos Bailly-Bailliere, que según reza era Librero de Cámara de SS. MM., de la Universidad Central, del Congreso de los Señores Diputados y de la Academia de Jurisprudencia y Legislación (¡Casi nada!), y con traducción de D. Manuel García González.
Si os apetece leer la novelita y no la conseguís, podéis leerla en francés en este enlace de Internet Archive
¡Gracias por la vivista!
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Esta entrada se enmarcada dentro del PROYECTO E2O de recuperación de algunos escritores olvidados.
'Un racimo de grosella', de Paul de Kock
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