Han sido un total de 55 entradas, repartidas entre 27 blogs las que han participado en la 31ª edición.No puedo más que aplaudir a todos y cada uno de los que habéis hecho posible que, 3 años y 1 mes después, haya tanta gente que siga interesada en el Carnaval de Matemáticas. Y lo mejor de todo es que el ritmo de producción de esta iniciativa parece que no decrece con el tiempo, ni se diluye ni se extravía. Cambiarán los blogs y quienes escriben, pero la cantidad se mantiene (si no aumenta) y la calidad de las participaciones ha adquirido niveles googloplexísticos. Pero más impresionante resulta el hecho de que tengamos anfitriones comprometidos durante todo el año 2013.
Sólo me sale una palabra: GRACIAS.
Y sin más dilación, paso a haceros el resumen de entradas que han participado en esta edición.
Lunes 18 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Tras mi periplo por las aguas infinitas de este mar, he llegado por fin a una isla. Pero es una isla extraña. Lo primero que me he encontrado es una extraña publicidad en algo llamado "metro de londres" que no logro de descifrar. Pero cuando aún no me había recuperado del shock, me encuentro con una buena mujer que se pasa el día contando bacterias, en concreto las de su propio organismo, junto con su compañero que se lleva un buen rato hablando sobre qué hace hoy un matemático. Por ahora, sigo sin descifrar qué significa esa palabra tan extraña para mí: matemático. Harto de tanta palabrería sin sentido, logré adentrarme más en la isla, para toparme de frente con la entrega del Premio Carnaval de Matemáticas. Creo que esa palabra (matemática) debe ser muy importante en esta isla. Por fin hallé un refugio donde resguardarme de la noche que acechaba, pero la habitación que encontré parecía ocupada, pues alguien me dijo que era la habitación de Voronoi, sin embargo, tras elegir las palabras adecuadas pude convencer al tal Voronoi que me dejara pasar la noche con él. Sólo tuve que darle un modelo de juguete, una bolsa y a Benford, mi fiel amigo durante mi travesía.
Martes 19 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
El señor Voronoi me despertó pronto por la mañana para contarme cómo explicar a mis amigos que a veces 2 y 2 no son 4. Una extraña forma de amanecer tiene aquí la gente, pues lo siguiente que me encuentro es a alguien hablando de criterios de divisibilidad. Tantos números por la mañana no deben ser buenos... ¿a ver si van a tener algo que ver con esa extraña palabra de ayer? Me despedía de ambos y puse rumbo al sur. Me encontré con lo que parecía ser la casa de una bruja, pero cuando me acerqué, la señora Maria GAetana Agnesi era algo más que su mal llamada bruja. Fue todo un descubrimiento hablar con ella, ya que me contó una curiosa historia sobre la sucesión de Thue-Morse y su aparición en diferentes contextos matemáticos (otra vez esa palabra). Pero en esos momentos yo ya no la atendía, pues me había llamado la atención un cuadro en la pared, una imagen titulada Teoría de Grafos que a mí, personalmente, me recordaba más a un antiguo set de telefonista. Me acerqué a verlo mejor, pero justo debajo del cuadro encontré lo que parecía un mensaje oculto. Un mensaje en un papel que hablaba de cómo pintar un eje. Traté de seguir sus instrucciones, pero todo lo que conseguí fue hacerme un lío olímpico, pero no de unas olimpiadas cualesquiera, sino (según me dijo Agnesi) de las Olimpiadas Matemáticas (no, si al final le voy a coger gusto al vocablo de marras). Tal fue el lío, que acabé de bruces contra otro cuadro: Pi, en donde números y fórmulas se entrelazaban para formar una antigua letra griega. Todo esto me hizo reflexionar y pedí quedarme allí mismo a dormir. Como no podía conciliar el sueño, rebusqué en un baúl algo que leer y di con Una crítica de platón a Eudoxo, con lo que el poco sueño que tenía me abandonó hasta bien entrada la madrugada.
Miércoles 20 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Al día siguiente, me ofrecieron ir de nuevo al mar, pero aunque me hubiese encantado ir de pesca si los peces fueran así como me los describieron, tuve que declinar la oferta. Eso sí, lo que no puede rechazar fue cortar la tarta en 6 trozos y repartirla entre los 2, a ver quién comía más. No pude con la tarta entera, pero lo que sí me llevé de aquella casa fue una perla de sabiduría sobre algo llamado Estadística. Proseguí mi camino y fui de los triangulares adosados a los primos de Sophie Germain. Los primos de esta tal Sophie resultaron ser unos expertos en algo llamado Computación Cuántica (tema sobre el cual me dejaron una interesante cinta magnetofónica), pero me dejaron boquiabierto con un curioso truco con el número 123. De pronto me entró frío, mucho frío. Tanto que los primos de Sophie me acompañaron a su casa donde me dejaron una manta de almazuela, que en mi tierra se llama patchwork. Para terminar de entrar en calor, me estuvieron comentando que para ellos las matemáticas manipulativas eran aptas para todos los públicos, pero por más que hablaban, yo sólo pensaba en la dichosa palabra: matemáticas. La manta que me dieron parecía que se hacía cada vez más pequeña, por lo que tuve que acudir a las partes de un centímetro para cerciorarme de que no menguaba, pero como no pude demostrarlo me tuve que acercar al taller de álgebra geométrica para conseguirlo. Una vez satisfecha mi curiosidad, puede conciliar el sueño. Mañana sería otro día.
Jueves 21 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Al despertar, no había nadie en la casa, pero encima de la mesa me habían dejado un regalo: un ejemplar de los "Fundamentos de la Literatura según David Hilbert" de Raymond Queneau. No lo conocía, pero prometía ser interesante. Aunque interesante fue la escena de la película que ponían en la tele y que vi antes de irme. Se llamaba El Indomable Will Hunting y hablaba de árboles irreducibles, pero allí sólo se veían dibujos muy raros que nada tenían que ver con los frondosos y verdes árboles del bosque. Me quedé maravillado con todo aquello. Pero la maravilla se hizo inmensa cuando al salir me encontré con el famoso Triángulo de Morley. Embriagado por tan magna aparición, que ocurrió en la concurrencia de perpendiculares no pude más que volver a entrar en la casa para dormir, no sin antes volver a poner la tele y ver una de esas series que sirven para todo, la serie de Fourier. Qué curioso ese tal Fourier, tan pronto te hace una serie de televisión que te monta un transformador ¿o era transformadora? Ah! no, claro, transformada, Transformada de Fourier. Con estos pensamientos caí en los brazos de Morfeo, quien me retuvo hasta que llegó la mañana del siguiente día.
Viernes 22 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Por la mañana me desperté con un collar entre mis dedos ¿otro regalo? No lo sé. Pienso que no, pues el collar estaba deshecho pero al lado había unas breves instrucciones para montarlo y devolverlo a sus enamorados dueños. Era el collar de los enamorados. De camino a la casa de estos enamorados tropecé con un señor que mataba moscas a cañonazos. Pero lo hacía tan bien tan bien... que tuve que preguntarle por aquella maravillosa herramienta. Me contó que en realidad ni eran moscas ni cañones, sino que sólo trataba de usar el el Teorema de Fermat-Wiles para probar la irracionalidad de la raíz enésima de 2. Crípticas pero sabias palabras me parecieron, pero más críptico aún fue su forma de despedirse, mediante tres productos y todos los dígitos. La fotografía geométrica con que me obsequió, sacó de mi cabeza cualquier atisbo de duda: la locura se había apoderado de él. Tras un centenar de pasos alejándome de allí, sólo pude atisbar cómo contaba con las dedos en hexadecimal. Mi paseo continuó, pero no por entre los árboles, no, me fui a dar un paseo por los medios de comunicación. El paseo me llevó a un congreso, pero resultó que no era un congreso de matemáticas (qué raro, con lo que gusta aquí esta palabra), sino que versaba sobre la melancolía de Durero... y las matemáticas (claro, ¿de qué otra cosa podría ser aquí?). El congreso comenzó con un vídeo de la inauguración de las olimpiadas matemáticas y continuó con una oda al Teorema del Valor medio. La tarde pasó entre charla y café hasta que por la noche nos llevaron excursión para encontrar simetrías ocultas en lacerías de la alhambra. Todo lo que viví ese día me sirvió para desarrollar mi competencia para aprender. Y con esa alegría, concilié el sueño, a la luz de las estrellas.
Sábado 23 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Al parecer, en esa isla no estaba bien visto lo de dormir a la intemperie. Por ese motivo me hicieron prisionero. Pero esta gente era muy rara, ya que me plantearon una pregunta de lo más simple de responder para ser libre. Ellos la llamaban el Dilema del prisionero, pero para mi fue matemáticamente trivial (anda! si al final voy a comenzar a cogerle el gustito a esta palabra!). No contentos con este dilema, aún me propusieron uno más, el Problema del monje budista, pero tampoco fue difícil resolverlo. En fin, que me tuvieron que dejar en libertad. La experiencia de ser prisionero no fue, a pesar de todo, de mi agrado y por eso decidí volver a hacerme a la mar. Para ello, tuve que desandar lo andado y preguntar lo despreguntado. Pero lo que más me sirvió fueron los Diagramas de Venn para los estados químicos, que me ayudaron a centrarme y a encontrar el camino de vuelta por los diferentes estados de esta isla. Acampé allí mismo (esta vez, dentro de una tosca tienda de campaña) y me quedé pensando en lo raro que era todo allí y que a mi regreso tendría que escribir un poco sobre la definición formal de normalidad y rareza.
Domingo 24 de febrero del año de nuestro señor Gauss de 2013.
Mi aventura llegaba a su fin. Han sido 7 días de números, 7 días en los que aprendí cosas muy prácticas. Tanto, que hasta tuve tiempo de hacer una conjetura sobre números prácticos, de pensar una bonita forma de llevar todo esto a un videojuego. Ya era hora de salir de esta isla, de esta crisis en la que he estado estos últimos 7 días. Días que me han parecido años. ¿En qué año saldré (matemáticamente) de esta crisis? Espero que el mismo en el que entré. Antes de partir, miré hacia atrás y vi a todos los habitantes de la isla en pie junto a la orilla. Estaban despidiéndose de mi. Y me ofrecían una propuesta irracional para numerar el carnaval ¿Qué carnaval? les pregunté. El Carnaval de Matemáticas, nuestra isla. Me respondieron. Por fin supe el significado de esa maravillosa palabra. Era el nombre de su isla. Pero no sólo me ofrecieron esa propuesta sino que me hicieron otro regalo, una fotografía matemática con la arquitectura de la isla, en la que destacaba unas superficies muy especiales, las superficies de Sherck, así como unos increíbles triángulos.
Fueron 7 días extraños, pero 7 días inolvidables. Justo al zarpar mi barco, los habitantes de Carnaval de Matemáticas me sacaron una promesa del alma. Volver allí otra vez y volver a pasar otros 7 días con todos ellos. Lo prometo. Lo volveré a hacer.
Hasta aquí el resumen literario. Como siempre, vamos a convocar el Premio Carnaval de Matemáticas a la mejor entrada de esta edición. Vamos a dar hasta el 13 de marzo, miércoles para que todos hagáis vuestras votaciones de la forma habitual las últimas ediciones: 4 puntos a la entrada más interesante, 2 puntos a la siguiente y 1 punto a la tercera.
Y para facilitar las votaciones, aquí os dejo el listado numerado con todas las entradas participantes:
- Publicidad en el metro de Londres.
- Contando bacterias.
- Vídeo: qué hace hoy un matemático.
- Premio Carnaval de Matemáticas Enero 2013.
- La habitación de Voronoi.
- Elegir las palabras.
- Un modelo de juguete, una bolsa y Bendfor.
- Cómo explicar a tus amigos que a veces 2+2 no es 4.
- Criterios de divisibilidad.
- Maria Gaetana Agnesi: algo más que su mal llamada bruja.
- La sucesión de Thue-Morse.
- Teoría de grafos.
- Pinta un eje.
- Las olimpiadas matemáticas.
- Pi.
- Una crítica de Platón a Eudoxo, Arquitas y Menecmo.
- Pesca matemática.
- 60 grados, 3 cortes y 1 tarta.
- Perlas de estadística II.
- De los triángulos alojados a los primos de Sophie Germain.
- Computación cuántica.
- Una curiosa propiedad del 123.
- Almazuela.
- Matemáticas manipulativas aptas para todos los públicos.
- Partes de un centímetro.
- Taller de álgebra geométrica.
- “Fundamentos de la literatura según David Hilbert” de Raymond Queneau.
- El indomable will hunting y los árboles irreduciblescon 10 vértices.
- El triángulo de Morley: otra maravilla geométrica.
- Concurrencia de perpendiculares.
- Series de Fourier.
- Transformada de Fourier.
- El collar de los enamorados.
- El Teorema de Fermat-Wiles para probar la irracionalidad de la raíz enésima de 2.
- Tres productos todos los dígitos.
- Fotografía geométrica.
- Contar con los dedos en hexadecimal.
- Un paseo matemático por los medios de comunicación.
- No son congresos de matemáticas.
- Melancolía de Durero y las matemáticas.
- Presentación de la XXIV Olimpiada matemática en Albacete.
- Teorema de la semana: el del valor medio.
- Simetrías ocultas en lacerías de la Alhambra.
- Desarrollando la competencia de aprender a aprender.
- El dilema del prisionero.
- Un diagrama de Venn para los estados químicos.
- El problema del monje budista.
- Definición formal de normalidad y rareza.
- Una conjetura sobre números prácticos.
- Videojuegos.
- El año en que (matemáticamente) saldremos de la crisis.
- Primos, raíces y una propuesta irracional para numerar el carnaval.
- Fotos matemáticas en la arquitectura.
- Superficies de Sherck.
- Increíbles triángulos.
Mucha suerte a todos y nos veremos en la Edición 4.12, que se celebrará en el blog High Hability Dimension, ya que, según ha propuesto (y yo acepto) David Orden en su post Primos, raíces y una propuesta irracional para numerar el carnaval, vamos a numerar las sucesivas ediciones del carnaval bajo el número 4.1231056256...
Tito Eliatron Dixit
PD: Si he olvidado alguna entrada, por favor, házmelo saber en los comentarios, indicando el día en que se publicó. Así será incluida en la versión literaria y en el listado para votaciones.
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