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Un rival conocido

Publicado el 13 noviembre 2018 por Trescuatrotres @tres4tres

Una de las mayores preocupaciones o inquietudes a la hora de afrontar un partido es el desconocimiento del rival. El problema está en que no siempre tenemos posibilidad de poder verlo, sea por disponibilidad horaria, por tiempo, por distancia y eso provoca que planteemos los partidos únicamente sobre nuestro equipo.

Hoy hablaremos sobre en qué centrarnos si tenemos la posibilidad de ver un partido de alguno de nuestros rivales.

En primer lugar y lo más básico es el sistema. Nos dirá principalmente la disposición del rival en fase defensiva. Trazando un guion los puntos a analizar serán:

  1. Fase defensiva: comportamiento, balances por franjas y sectores.
  2. Fase ofensiva: intenciones, ritmos, balances.
  3. Comportamientos en transiciones A-D y D-A
  4. ABP
  5. Movilidades de sus jugadores.
  6. Aspectos condicionales: velocidad, fuerza, potencia, resistencia.
  7. Características individuales y jugadores a tener en cuenta.

1. Cómo defiende el rival nos mostrará los diferentes caminos hacia su portería, sacar sus debilidades y virtudes será fundamental ¿Mantienen un bloque alto? En consecuencia nos "regala" 50 metros a su espalda ¿Se repliegan? por tanto nos facilitan la fase de iniciación no exponiendo el balón cerca de nuestra portería si esa fuera nuestra intención. Por otro lado están los balances ¿Cuántos jugadores llegan en un repliegue intensivo (balance vertical o por franjas)? ¿Cuánta gente acumulan en los balones exteriores del rival (balance horizontal o por sectores)? Saber si el rival es efectivo en un repliegue o junta tanta gente en los sectores de balón y contiguo que no consigue llegar a los cambios de orientación nos da pistas de cómo encarar nuestra fase ofensiva.

2. A la hora de analizar la fase ofensiva de un equipo debemos fijarnos en cómo inician las acciones. Si la intención es saltarse la fase de iniciación, si por contra es un equipo asociativo, si acumulan pases en iniciación para atraer y llegar a zona de finalización tras un desplazamiento en largo. También debemos fijarnos en cómo se distribuyen los jugadores, pues no es lo mismo enfrentarse a un rival con dos delanteros que con uno o con tres jugadores exteriores a dos.

3. En ocasiones los diferentes comportamientos en las transiciones nos puede decir más de las fases defensiva y ofensiva que ellas mismas. La agresividad que demuestren o, por contra, la pasividad nos dejará ver su intención. Un bloque que salta tras una pérdida para recuperar el balón rápidamente es un equipo agresivo, que quiere dominar el juego y los espacios, pero también nos dice que como falle en sus intenciones nos da metros para correr. En el caso de que tras perder se reorganice y adopte un posicionamiento de protección (plegado o replegado) sabremos que es un conjunto que se encuentra cómodo sin balón, que nos cede la iniciativa, y que su intención es contragolpearnos.

4. Las ABP, son fundamentales, tanto a favor como en contra, conocer que el rival tiene distintas acciones ofensivas a balón parado trabajadas nos ayudará a estar más vivos, más activos en este tipo de acciones. A su vez cómo funcionen en las ABP defensivas, si funcionan en combinada, mixta o zonal dirá qué zonas son las más débiles y, por tanto, las más vulnerables.

Un rival conocido

5. Un rival puede tener siempre la misma intención o modelo de juego, pero sus jugadores son los ingredientes. La misma persona puede hacer cocido dos días consecutivos y éstos no saber igual si los ingredientes varían. Quiero decir con esto que no es lo mismo jugar con Marcelo por la izquierda que con Reguilón, al igual que salir con Sergi Roberto como extremo o interior no es igual que salir con Dembelè. Las intenciones no varían, pero los espacios a ocupar sí. Conocer si un jugador llega hasta la línea de fondo o traza la diagonal en tres cuartos de campo nos va a ayudar a saber cómo defenderle.

6. y 7. Junto estos puntos porque se pueden tratar conjuntamente. Al margen de todo lo hablado es muy importante ser sabedor de las características individuales de nuestros rivales tanto a nivel físico como el técnico-táctico. Una cosa es el funcionamiento o intención de una línea defensiva y otra muy distinta que un central ejecute bien una anticipación, un tackle, una entrada. Saber si un central o un extremo son rápidos nos ayuda a saber cómo encarar situaciones de 1×1. Por otro lado los niveles volitivos del bloque y su capacidad de resistencia a los 90 minutos también nos facilita información muy relevante.

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