Revista Economía

Un segundo clave para la economía

Publicado el 09 julio 2012 por Carmentxu

Esta es una semana clave para la economía… No, no es un déjà-vu: han leído ustedes correctamente y su comprensión lectora permanece intacta. Es, con más o menos palabras, el comodín de los últimos meses para introducir los próximos siete días, un avance del desastre que se va repitiendo cada vez con más asiduidad hasta que acabe diciéndose sin engorro que este es un segundo clave para la economía, como si de una espiral diabólica y descendente se tratara, sin partícula Dios que la frene, ya emigrada ilegalmente a Alemania escondida en la mochila de un joven investigador.

Un segundo clave para la economía
Lo cierto es que esta semana Rajoy volverá a anunciar nuevos recortes. Según la agencia Reuters, el Gobierno baraja, con cartas amañadas, subir el IVA, eliminar la paga extra de Navidad de los funcionarios y congelar las pensiones. Un país funciona de forma parecida a una estructura piramidal: cuando las cosas van bien, más se recauda y más dinero hay para lo público (y también para lo privado), desde sanidad, a educación, dependencia, administraciones,… Cuando estábamos a punto de consolidar el estado del bienestar, en mayor o menor grado unos que otros, algunos empezaron a darse cuenta de que el emperador iba desnudo. Pero siguieron alabando las telas, el corte y la riqueza de detalles de sus ropajes y encargando nuevos trajes al sastre. Cuando la mentira se hizo insostenible y estalló la burbuja, se deshizo el espejismo que veíamos a causa del calor. Ahora, con el frío en el cuerpo, ya no hay espejismos. El sector inmobiliario experimentó un big bang y, a partir de ahí, todo se fue al garete. Y, como en el cuento de Alicia, empezamos a caer al vacío en remolino, los más vulnerables más rápido, otros a cámara lenta y los menos, testigos del desastre agarrados a algún saliente de la pared, aún luchan por mantenerse.

Un segundo clave para la economía
A cada mazazo que recibe el consumo, base del sistema capitalista que se está intentando salvar por encima de nuestras posibilidades a base de artillería para el día a día y fuego de misiles que cruzan el cielo desde otros centros neurálgicos de poder alejados del campo de batalla, más difícil será salir. Si bajan los ingresos también caerá la recaudación. Está pasando. Con menos ingresos, aún será más difícil alcanzar el ansiado equilibrio y, por tanto, deberán realizarse nuevos ajustes, hasta reducir todo a un remolino de fregadero en el que alguien debería poner un tapón a quien corresponda y abrir el grifo del crédito para volver a subir el nivel y crecer, porque de eso se trata… ¿O no?…


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