Revista Bares y Restaurantes

Un señor de Bilbao, vuelve en 2014.

Por Theblackcity @Theblackcity
Salir con J es sinónimo de risas. Es quedar con él, y no saber ni dónde vamos a ir, ni dónde tomar algo, y mucho menos dónde cenar. Primer sábado de 2014, y los dos, quedamos para ir a dar una vuelta por Bilbao, ver cómo le ha sentado a nuestra ciudad el nuevo año, y de paso, comer algún pincho. 
De rebote, y sin saber, acabamos pasando por Pozas, delante del Okela "no, aqui, no. Desde que reformaron el bar, la cocina no es lo mismo", y acabamos de rebote en Gaztandegi, el original, el de García Rivero, que aunque estos dueños no preparan el mítico volován de queso que comía de pequeña, la barra sigue siendo una perdición. Eran casi las nueve y media y a J se le ocurrió ir a cenar a "Un señor de Bilbao", un sitio que le gusta mucho. Fuimos a reservar mesa, y allí nos atendió un chico muy amable, al que le dijimos que vendríamos en media hora. Uy, media hora. "¿Y ahora dónde vamos? Vamos al "Joserra" a comer un pincho, que seguro que te gusta, y no lo has puesto en tu blog." En particular de Indautxu hay un montón de bares, pero sin duda el "Joserra" es el que más solera tiene, unos camareros entraditos en años, súper amables, eficientes, con chalecos de punto azul marino, y unos pinchos de morir. Los champis recién hechos, las tortillas que desfilan sin apenas dar tiempo a apoyar el plato, los de jamón... en fin, tercer zurito, carcajadas con las genialidades de J, casi me caigo de la silla del ataque de risa, y una reserva para cenar que nos esperaba.
Al llegar a "Un señor de Bilbao", nos acomodaron en la planta de abajo, estaba todo lleno al completo, eso de la cuesta de enero, debe ser solo para unos pocos que no nos da la vida. Al leer la carta, supimos que íbamos a pedir un menú ya preparado, y yendo con J, es inevitable que ése sea el "Menú chuletón" que también nosotros somos unos fenómenos, después de ponernos morados a pinchos y zuritos, ahora nos queremos cenar un menú chuletón. Semos asín. 
De aperitivo, cuatro croquetas como bolas de hockey, que no pude terminar, y J acabó comiendose una de las mías. Tras el aperitivo, el foie de la casa, dos lonchitas finas (demasiado para poder apreciarlo bien) con muuchos panecitos tostados, un detalle que pongan los suficientes como para no tener que andar pidiendo más al camarero. La verdad es que nos encanta el foie a los dos, cada vez que voy a Francia a trabajar, traigo unos cuantos tarros de mi-cuit, que resulta que cerca de mi ofi francesa hay una granja de patos. #soyunasuertuda Aquí ya las risas llenaban la cena, no recuerdo de qué hablábamos, solo que nos moriamos de la risa. Quizás de ver que estabamos ya a reventar, y todavía nos quedaba la ensalada, el chuletón y el postre. Si es que no podemos irnos de pinchos antes de cenar. Apareció la ensalada de tomate, con bonito y cebolleta, refrescante, algo picante por la cebolla, y con unas lascas hermosas de bonito. Agradecimos este parón en el menú, justo antes del chuletón. A ver, yo me esperaba un chuletón con hueso, y dos dedos de grosor, de hecho me estaba entrando sudores fríos sólo de pensar la que se nos venía. Menos mal, que era algo más pequeño de lo que nos esperábamos, laminado, y con un buen puñado de lascas de sal. Tierna, sabrosa, y en su punto, es decir, más bien cruda. No sé exactamente cómo debe ser un "chuletón" quizás asocio esa palabra a una pieza algo más grande, y me alegro de que esta vez no fuera tan grande. 
Conseguimos acabar con la carne, las patatas y los pimientos se libraron (por esta vez), pero cuando llegó el postre... nos dio por reinos otra vez: coulant de chocolate con crema de vainilla, y bola de helado. MA-TA-ME camión. Pues nada, ataqué como pude, me comí la mitad del coulant pero imposible acabarlo. Pedimos la nota, y ¡oh sorpresa! J pidió una copa de vino ribera del Duero Semele, por 3,85€, chica, cómo están los vinos.
UN SEÑOR DE BILBAOwww.unsenordebilbao.comParticular de Indautxu.
Un restaurante modernito, con ese toque urbano y chic que tanto está de moda, y que ellos han sabido adaptar a Bilbao. Tengo un amigo que cada vez que le llevo me dice que el local está a medio terminar, pero chica, a mi me encanta. La carta no es muy extensa, lo justo con los platos necesarios y con una buena selección. Igualmente, unos cuantos menús (el de navidad estuvo muy bien), a buen precio, entre ellos, el menú chuletón, de 36€ iva incluido, que comimos los dos, más una botella de agua por 2,75€ y la copa de J, de 3,85€. 
Por cierto, el local, a rebosar, y los tres pobres camareros, que no daban a basto, sin quitar la sonrisa de la cara, ¡bravo!
Un señor de Bilbao, vuelve en 2014.
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