Prácticamente casi todo el planeta se ha puesto a dieta alguna vez, y la inmensa mayoría de nosotros preferiríamos estar más delgados y comer mejor, incluso aquéllas personas que no sufren de peso y que, afortunados, gozan de una envidiable apariencia física. Sin embargo, tantas como nuestras ganas de lograrlo, son las trabas que a la báscula le ponen nuestras ansias de comer. Casi siempre la culpa de los kilos de más la tienen o una dieta descontrolada, o lo más común, el ansia por la comida. En el arte del comer, influyen las emociones.
Las prendas tecnológicas se emplean cada vez más para monitorear diferentes variables vinculadas a la salud.
El corpiño está equipado con una serie de sensores que monitorean la actividad del corazón y la piel de la portadora.
Estos dos indicadores le permiten al dispositivo hacer una lectura de su estado de ánimo y diagnosticar cuándo está más tentada a comer más de la cuenta por motivos emocionales.
“Para los participantes fue un poco tedioso usar el prototipo ya que había que recargarlo cada tres o cuatro horas”, explicó la jefa del equipo de investigadores de Microsoft, Asta Roseway.
Fuente: BBC
Si siempre quisiste álguien que te escuchara y estuviera a tu lado cuando sintieras impulsos por comer, ahora casi tienes al terapeuta en casa. A partir de ya mismo estaremos controladas y no nos valdrán las excusas de “comí de más porque me despisté”, y es que si “Nick”, el coche fantástico, alertaba a su conductor, en el Coche fantástico cuando un criminal andaba cerca para evitarle daños y ofrecerle su complicidad en las capturas, este sujetador inteligente, escucha nuestro corazón para saber si estamos tristes, angustiadas o desesperadas.
Los psicólogos saben que muchas dietas fracasan precisamente porque con la comida pretendemos llenar un vacío en nuestro interior. Y aunque no hayamos sido diagnosticados como comedores compulsivos, todos, en alguna ocasión hemos comido con desenfreno, pensando en el mañana para compensar los excesos de nuestro ahora, como si en el momento presente gozásemos de una bula extraordinaria, que fuera a concedernos el milagro de no engordar todo cuanto estamos ingiriendo en un momento de debilidad pecaminosa que nos arrastra hacia la gula.
Y existen otras prendas inteligentes, la mayoría en forma de ropa interior, casi siempre para mujeres que ayudan a controlar su salud, o incluso a frenar a posibles violadores. En este caso, el sujetador, que ha sido diseñado por Microsoft, monitorea la actividad del corazón de quien lo lleva puesto. De este modo, emite mensajes a la mujer, ofreciéndole, en su teléfono móvil, varios informes al día acerca de cómo se encuentra emocionalmente. El objetivo es alertarla si en un momento dado, su estado emocional pega un bajón y se expone a sentir ansia por la comida.
Evidentemente, este mensaje en forma de alerta y de consejo, no será infalible, si somos de hacer oídos sordos a los consejos. A veces, el único freno al ansia por la comida, es colocar un candado en la nevera. Y para colmo, el sujetador necesita recarga cada tres o cuatro horas. ¿Lo comprarían? Y peor aún, ¿le gustaría a una mujer que su pareja le regale una prenda como ésta? Muy romántico no es, precisamente.