Revista Cultura y Ocio

Un terrible mal llamado plagio

Publicado el 11 septiembre 2014 por Espacioindependiente
Quienes tengan suficiente conocimiento de la industria del libro sabrán que en este mundo, el plagio es quizás el mayor dolor de cabeza de los editores. No hay peor error que promover a un plagiario, especialmente cuando la obra plagiada es un best seller internacional y por lo tanto, sumamente popular. A los escritores noveles se les enseña desde el día uno de sus carreras a respetar las obras de los demás. Todo taller literario dedica al menos un par de clases a recalcar la importancia de crear nuestras propias historias sin necesidad de "inspirarse" en el best seller de moda. Sin embargo, parece que muchos se han negado a aprender estas indispensables lecciones.Con el auge de la auto publicación, la cerrazón que rodeaba a la industria editorial ha ido abriéndose paulatinamente; esto ha beneficiado tanto a escritores como a editores, quienes dicho sea de paso, han encontrado en el libro digital nuevos mercados y un volumen de ventas nada despreciable. Sin embargo, el ebook también ha traído consigo algunos problemas. Uno de ellos y quizás el más importante, es la "popularización" de esta desdeñable práctica llamada plagio. ¿Qué es el plagio? La RAE lo define como "Idea u obra científica o artística que ha sido pasada como propia", algo en apariencia, muy claro. Error.Hay varios tipos de plagio, desde el más flagrante (donde el autor literalmente copia párrafos enteros de otra obra) hasta el que yo llamo sutil (copiar la trama, el conflicto, los personajes, etc.). Esta última manera de plagiar, es sin duda, la más difícil de detectar. Ningún detector antiplagios, como Urkund, va a arrojar una coincidencia de más del 10% cuando lo que se copio fue, por ejemplo, el conflicto. Usualmente se cree que copiar este tipo de elementos no constituye plagio, se piensa que plagiar se limita a apropiarse de párrafos enteros de otra obra (o la obra misma, porque no) limitándose a cambiar nombres y lugares. De nuevo, error.Los lectores familiarizados con la poesía  quizás recuerden el drama que vivió Lucía Etxebarria  hace algunos años, cuando se le acusó de plagiar varios versos del poema Estación de Invierno, de Antonio Colinas. Aunque la autora lo negó e incluso llevo a juicio el caso, la justicia española término por resolver en su contra. Y es que, en el fondo, el error de Etxebarria fue no tener en claro que es un plagio y que no. Ella claramente no copio los versos de manera literal, sin embargo si "se inspira" en ellos y utiliza las mismas frases... en el mismo sentido. Esto es un plagio sutil innegable. Otro caso más reciente (y descarado) es el que sufrieron Tammara Webber y Jamie McGuire (autoras de Easy y Beautiful Disaster, respectivamente) por parte de una autora auto publicada que se hace llamar Jordin Williams. A esta chica se le hizo fácil copiar párrafos enteros de las novelas de Webber y McGuire, incorporándolos a su novela de una manera bastante descarada; sólo se limitó a cambiar nombres de personajes y lugares pero la esencia de la novela es la misma que encontramos en Easy y Beautiful Disaster. Este caso es muy controversial, hasta el momento nadie sabe cual es el verdadero nombre de la plagiaria ya que, aparentemente, ha estado escribiendo bajo varios seudónimos y como escritora fantasma. Williams no se ha pronunciado al respecto con claridad, aparentemente en un principio negó el plagio y sin embargo, días después todas sus cuentas en redes sociales desaparecieron. Casos como esté en el mundo de los ebooks hay miles, literalmente. Detectar un libro con plagios es bastante difícil para un lector regular. En el caso de Jordin Williams, afortunadamente quien detectó e hizo público el plagio fue una fan de la novela de Webber. Sin embargo, cuando de "plagios sutiles" se trata, sólo un ávido lector con una brillante memoria podría ayudarnos a distinguir. Como en el caso de Lucía Etxebarria, muchos escritores no consideran el copiar una trama, los conflictos, o los personajes y sus características como plagio. Prueba de ello es la tienda kindle de amazon, donde pululan ebooks que imitan la temática erótica de 50 Sombras de Grey casi al dedillo. En Espacio Independiente somos firmes defensores de las ideas propias, consideramos que el plagio en cualquiera de sus formas es una violación absoluta al trabajo y tiempo del otro. Chicos, si nos decimos  escritores y pretendemos que los demás nos reconozcan como tal, entonces debemos asumir el papel con todas las obligaciones que eso conlleva. ¿Tu has sido víctima de plagio? ¿Te ha tocado leer una novela con plagios? Cuéntame en la sección de comentarios. 

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