La verdad es que todo este tiempo sin publicar notas en Rumbovino no está asociado a que hayamos tenido poca actividad ligada el noble brebaje, sino todo lo contrario, son tantas las cosas que pasan, y tan rápido, que nunca sé bien qué seleccionar para publicar. Así que les haré un breve resumen de lo más interesante bebido y visitado este tiempo.
VISITADO
Hace un tiempo acudimos a la "Cena de los grandes Oros de Galicia” organizada como todos los años por Luis Paadin y su equipo, en la que se entregan los premios a los vinos destacados por su calidad. Es el primer año que asistimos, y tengo que reconocer que nos gustó mucho y sin duda volveremos. No obstante, tengo que matizar que, si bien el evento está organizado de forma impecable y es ideal para ir a catar con tranquilidad, este asunto de los premios a mí sigue sin gustarme un pelo. Algunos de los vinos que caté no me gustaron mucho, y otros que para mí eran de premio no se llevaron ni un aplauso. Como siempre sucede, esto termina siendo sumamente subjetivo y el veredicto es diferente dependiendo del paladar que la juzga. Aun así, considero que todo evento que comunica el vino, sobre todo gallego y durante tantos años con es este caso, e intenta llegar a todo apasionado de esta bebida suma para seguir creciendo. ¡Así que aplaudo y el próximo año intentaré volver!
En lo estrictamente relacionado con lo que probamos, saqué un par de conclusiones muy generales que trasladaré en estas líneas, ya que no puedo explicar cada uno de los 70 vinos que estaban disponibles, y de los cuales creo que se me escaparon unos pocos.
La primera conclusión que saqué es que los vinos blancos en líneas generales me gustaron bastante más que los tintos, cosa que antes nunca me pasaba. Encontré un nivel muy equilibrado, ofertas más arriesgadas y con menos diferencias cualitativas entre todo lo ofrecido. De todos los blancos, los Godello de Valdeorras, para mi gusto, van un paso largo por delante. Luego los Ribeiro, que cada vez están mejor, y por último los Rías Baixas, que siguen estando muy buenos como siempre, pero que me han sorprendido poco (al menos lo que probé). Además, cada vez estoy más convencido que la gran parte de los vinos de las Rías Baixas deberían beberse a partir del segundo año de la cosecha, porque ganan mucho. Acepto críticas.
Otra de las conclusiones a la que llegué está relacionada con los vinos tintos. Personalmente, salvo algunos que ofrecen un perfil fresco, mineral y bien equilibrado (riquísimos), noto que en general están bastante “maderizados” y con un punto alto de alcohol que les está jugando en contra, ya que pierden esa finura y elegancia que siempre caracterizó a los tintos gallegos (principalmente los de la Ribeira Sacra). Si bien el cambio climático está incidiendo fuerte en la expresión del terruño, creo que algunos vinos tienen más de intervención del hombre que de climatología en su resultado final. Como dije antes, eso refleja una pérdida de identidad que no me gusta. Estas son mis apreciaciones particulares y entiendo que muchos no estén de acuerdo con esto. Todo es discutible en este mundo del vino.
BEBIDO RECIENTEMENTE
Luego de conocer personalmente a Orlando Lumbreras, y su proyecto con todo el porfolio, en el Simplesmente Vinho de Oporto, me hice con algunas botellas de los vinos que más me gustaron y que produce en Galicia en cooperación con pequeños viticultores. Hace unos días destapamos el primero VERTIXE 2016, un Mencía salvaje que surge de las uvas que nacen en la región de Quiroga-Bibei en los viñedos de José Aira y su familia. Para los que no lo saben, Vertixe en gallego significa Vértigo, que es lo que se siente cuando uno pisa los bancales de la Ribeira Sacra. Ni les cuento si además de pisarlos, debe trabajarlos.
Se trata de un Mencía honesto, austero, filoso, salvaje y con alma y cuerpo artesanal. No sobran los aromas, ni lo colores, ni los sabores, pero tampoco faltan. Es de esos vinos que uno en la medida que los va bebiendo lo disfruta cada vez más, sin tener muy claro qué es lo que te enamora de él. En palabras de Orly por Instagram: “Vertixe ensambla la sensibilidad de María, la eficacia de Antonio y la ilusión de Mila. El latido de la familia” No tengo dudas de sus palabras. Si lo encuentran, se los recomiendo. Un tinto, puesto en escena por Orlando Lumbreras, pero con alma puramente gallega.
De uno de mis viajes a Portugal me traje un par de botellas de vino de las Islas Azores. Un grupo de islas, de origen volcánico, que forman una región autónoma localizada en el medio del Océano Atlántico. La región productora más importante se encuentra en la Isla de Pico, y a los pies del Volcán de Pico, se localizan los viñedos que han sido declarados por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad en el año 2004. De allí viene este TINTO VULCANICO de la añada 2017, un tinto joven sin paso por madera mezcla de cepas Aragonés, Agronómica, Castelão, Malvarisco, Merlot, Touriga Nacional, Saborinho y Syrah entre otras, producido por Azores Wine Company (AWC) bajo la Indicación Geográfica Açores.
Se trata de un tinto de baja graduación alcohólica (solo 11,5 % Vol.), pero lleno de matices, que me dejó con la boca abierta. Fresco, fruta roja, salino, balsámico, mineral y muy equilibrado…. Los amantes de los caldos poderosos, con alcohol, madera y taninos, abstenerse porque este no es su vino. Para los demás, todo una gozada!
No recuerdo su precio, creo que fueron sobre los 15€, pero aún si es más vale la pena pagarlos. Un lujo proveniente quizá de unos de los lugares más extraordinarios del mundo vitivinícola. Voy a seguir de cerca el proyecto de AWC, porque tiene muy buena pinta!
Por hoy lo voy a dejar aquí… dentro de unos días, espero que no muchos, les cuento otras cosas. No obstante, pueden seguirme en Instagram @Rumbovino que allí publico mucho más que aquí, pero con menos letra!
Buena vida y naturales vinos,
Salutes!
Rumbovino
Casi 9 años difundiendo la cultura del vino y en favor del consumo moderado y responsable.