Llama la atención el hecho de la detención del que fuera máximo responsable de la CEOE, la confederación de empresarios, Gerardo Diaz Ferran por uno manejos y contubernios en relación con el alzamiento de sus bienes para no hacer frente a la quiebra de la que fuera su empresa Viajes Marsanz.Llama la atención primero por la preponderancia pública del personaje. La persona que como presidente de los empresarios pidió que el mercado se "detuviera" al comienzo de la crisis o que los empleados deberían trabajar más y cobrar menos ahora se ve en la dura prisión, con fianzas records, que no se han depositado, para él y su testaferro .Llama la atención por la diferencia entre lo que se pide para los ciudadanos, sus empleados, sus deudores y la presunta falta de ética en la gestión para eludir el peso de sus responsabilidades por parte de muchos empresarios.Llama la atención que el que fuera líder y representante de la patronal se vea en estos manejos turbios, en estas trampas más o menos elaborados, en estas componendas para eludir presuntamente el efecto de sus acciones. Como si fuera una divina y exquisita venganza o una burda farsa de sainete a los ciudadanos poniéndonos delante de los ojos lo que es un grito: este tipo de empresario se ha multiplicado en la geografía española.Sin embargo y por encima de la sorpresa está una sensación implantada en los ciudadanos: este tipo de empresario, el audaz y sinvergüenza como se extrae de las imputaciones a Diaz Ferrán, es común en la economía española. Amigo de políticos, amigo de lo ajeno y lo público, amigo del atajo y de la facilidad pero al tiempo dogmatizador de una economía tan libre como para eludir la sacrosanta obligación, hayeksiana, de defender la propiedad y al tiempo intentar eludir ese mismo derecho que enarbola. Modelo de empresario emprendedor y activo que esconde como tahur del Mississipi el as en la manga de tomar las de Villadiego o esconder todo su patrimonio. Ese es el modelo y la imagen que se da al mundo entero y a los ciudadanos en particular y sobre el que algunos pretenden sustentar la recuperación económica del país.Este tipo de empresario, amigo de tomar prestado y no devolver, de hacer trucos para que Hacienda le devuelva, el del oro en barra, el depósito en metálico, el de la cuenta en Suiza, el del paradigma del libre mercado "para los demás", el de la moderación salarial que es buena para la economía, pero solo la suya, la de la responsabilidad para los otros, la del ejercicio del escondite y la trampa. Este es el modelo que aparecía y sigue apareciendo como factotum en esta crisis depresiva que se come trabajos, ilusiones, ahorros y éticas de quita y pon.Es un tipo de personaje que rima en consonante con los políticos del doblez, del "ya haremos", del recorte perpetuo, del confundir el maremagnum ideológico con la necesidad del momento. También rima con los banqueros que nos han engañado cuatro veces: al repartir préstamos con donosa mano, al embargar y desahuciar, al ser rescatados y ahora al crear el banco malo donde los ciudadanos "comprarán" obligadamente las propiedades que han embargado a sus vecinos, hijos, parientes, amigos. También rima con buena suerte con la tonelada de empresarios del ladrillo pegados a concejales de urbanismo, del negociete, del amiguismo, de la familia, etc.Este es el panorama de España, una España sin Felipe IV pero con Juan Carlos I, con políticos de escasísima talla y muchas ganas de esconder lo que pasa tras trifulcas de salón y de una inmensa cantidad de ciudadanos pasándolas canutas. Así, sin la belleza de ninguna metáfora solo con el dolor de saber que mañana será peor y nadie hace nada para contener la voracidad de las que algunos, como presuntamente se le presume, Diaz Ferrán tuvo.España, españoles, terrores y emigraciones obligadas en Recuerdos del día de mañana.
Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.