Revista Psicología

Un valle en Himalaya que se llama Johar

Por Cambiopositivo
Hace mucho que se han ido los vendedores.
El camino se llenó de polvo, de una nube intensa y de un guijarro en la memoria.
El viene aún, cada día,
con sus caballos queridos,
pese a que ha dejado la vida beduina atrás.
El palacete de su pueblo está en sus ojos,
los rostros de sus amigos siguen al otro lado.
Vienen para recibir la sal y ellos le regalan lana.
Sólo por hábito él mantiene a los hijos de la sal:
los hombros inclinados, la piel del rostro es negra, quemada
con muchas cruces.
Le rodea el cariño de los amigos,
aunque él lleve un traje de corteza, roto,
sus poros están llenos de glorias altas como las montañas.
SANTANU BANDOPADHYAY

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