En mi última entrada, escribí sobre el espectáculo tan lamentable que está dando el Partido Demócrata en USA contra el proceso de nombramiento para el juez conservador Brett Kavanaugh. Ayer, el pueblo americano tuvo la oportunidad de poder comprobar, una vez más, cómo la pseudoizquierda globalista intentó derribar a un caballero cuyo único pecado ha sido ser hombre blanco. Lamentablemente, no se dijo la verdad ayer en el Senado. El senador de Carolina del Sur, el republicano Lindsey Graham, pronunció el discurso más dramático del día, arremetiendo contra la sinvergüencería de los demócratas y que jamás ha visto un fraude tan poco ético desde que ha estado en políticas. A ninguna persona con un mínimo de vergüenza ajena y moral personal se le hubiese ocurrido montar semejante circo, pero tal es el rasgo principal de los pseudoizquierdistas hoy: mucha coleta, mucho piojo, mucho grito, pero al final, globalistas, antinacionales y ultracapitalistas. Por lo menos a nivel nacional, son las “derechas populistas” en Occidente las que están dando la guerra moral contra la globalización impuesta por una serie de señores con intereses financieros y unos orígenes, digamos…muy concretos.
Aquí no hablaré de la presunta “víctima”, porque aquí no nos va el rollo “fake news” (notícias falsas). Centrémonos en Kavanaugh: su alegato fue impecable y poderoso. Se le veía tremendamente enfadado (con razón) y emocionado a ratos, casi gritando que tanto él como su familia han sido “totalmente y permanentemente destruídos por alegaciones falsas y perversas. Después de yo ver a la mujer que le acusa, no me queda otra que concluir que es una mujer muy depravada. Claro, en la época esta del “Metoo” (yotambién), mi criterio no será del agrado de las hembristas y sus pintorescos aliados con piercing y de aspecto “hipster” o peor en algunos casos.
Kavanaugh también, con mucha razón, dirigió su ira a la prensa de este país que ya está totalmente fuera de control. La prensa ha tratado cualquier acusación contra él, aunque fuera sin pruebas, como si fueran verdades del Evangelio, simplemente porque odian a la derecha pro-soberanía. Dijo que los ataques eran venganza por el hecho de que es, guste o no, Donald Trump y no la espantosamente fea vaca criminal Hillary Clinton quien está en el Despacho Oval. Kavanaugh mantuvo la calma para recordarle repetidamente a estos inquisidores (porque recuerdan muchísimo a los inquisidores católicos del medievo) que las únicas 4 personas acusadas por esta payasa llorona de haber estado en la fiesta hace 36 años LO HAN NEGADO. TODOS. Sí: ABSOLUTAMENTE TODOS. Una de las 4 personas nombradas es hasta amiga personal de Ford y hasta ella negó públicamente, bajo juramento, haber estado en dicha fiesta.
En resumen, NO HAY PRUEBAS. Sólo tenemos UNA acusación de 1982. ¿De veras hemos llegado a un nivel tan bajo en el cual una sola acusación sin pruebas es suficiente para destrozar la vida de un hombre e impedir que un juez muy profesional y cualificado no llegue al Tribunal Supremo? Kavanaugh es imprescindible para el Tribunal porque hay mucho en juego, sobre todo esto: su interpretación del poder ejecutivo. Los liberales de verdad debemos defender un EJECUTIVO FUERTE. Ya escribí sobre el tema hace años.
Las cosas no deberían ser así en un país civilizado.
Claro, esperar a que el Senado corrija el problema no es realista. Lo que sí puede – y debe hacer – es votar sí o no para nombrar a Kavanaugh. Todo senador debe mostrar públicamente su apoyo o rechazo sobre esta parodia impuesta a la nación por culpa del senador de Nueva York Chuck Schumer y su pandillita de embaucadores desvergonzados.
Si yo fuera senador, votaría SÍ SÍ SÍ para nombrar a este señor Brett Kavanaugh. Kavanaugh maneja mejor el argumento y ha aportado más pruebas y hechos, aunque eso no importa en la época del “yotambién”, porque ahora lo importante es la palabra de una mujer y punto. No importan los hechos hoy en día, importa más bien quién acusa y contra quién.
A los pseudoprogres no les interesa un voto realmente. No les interesa para nada la democracia y están más centrados en los hábitos de Kavanaugh en la secundaria HACE MÁS DE 3 DÉCADAS y ahora, oh, qué raro, no paran de hablar del FBI…un partido que ha demostrado constantemente su rechazo por la seguridad nacional y la policía. Un partido cuyos máximos dirigentes han acusado a la policía de estar detrás de todos los males de USA.
No son sinceros. Lo que realmente quieren es retrasar todo a lo máximo posible. Quieren intentar volver a recuperar el Senado y así intentar bloquear a cualquier candidato de Trump a la vez que intentan iniciar el proceso para desbancarle de la Presidencia. Ya llevan desde julio con este jueguito sucio.
Como ya recordó el Senador Graham a la nación, Schumer prometió “pelear contra Kavanaugh con todos los medios posibles” minutos después de que Trump haya anunciado su candidatura. Ayer vimos la expresión máxima de esa estrategia antidemocrática.
Todo esto además ha vuelto a confirmar lo que ya se sabía: la descarada Senadora Dianne Feinsteina aconsejó a Ford previamente, para que buscara un abogado y recomendó al que finalmente fue contratado por Feinstein: un activista demócrata. Ja, ja y ja. Todo esto mientras Feinstein YA SABÍA de la acusación inicial y NO DIJO NADA hasta ahora que concluía el proceso.
Imaginaos todo esto señores: cuando Feinstein interrogó a Kavanaugh, ella YA CONOCÍA esto y NO se lo dijo ni una sola vez. Asquerosa y manipuladora mentirosa. Ha sido una emboscada total y sin credibilidad alguna.
Si se permite que los globalistas se salgan con la suya en este caso, se habrá perdido toda democracia y tendremos más bien difamación legitimada como instrumento de oposición. Tristes tiempos son los que corren, pero pero aún: peligrosos.