Una cabaña de fin de semana

Mientras la mayoría empieza a mirar con nostalgia los largos y tórridos días del verano, por mi parte cada vez me apetece un poco más ver como nos adentramos en el otoño. Es mi estación favorita, ni frío ni calor, los días no son demasiado cortos ni demasiado largos y te puedes vestir de manera cómoda, sin demasiado abrigo ni con el calor plomizo del verano con el que te sobra todo. Una vez oí a un gurú de la moda que el verano es la estación menos elegante del año, no te puedes vestir en condiciones, ni maquillarte y mucho menos peinarte. Lo bueno que tiene es que el momento del año para despreocuparse un poco de todo que eso también es necesario de vez en cuando. Y es que tiene que haber de todo para que permanezca el equilibrio, sería un aburrimiento que siempre fuera verano u otoño o lo que sea, por lo menos para mi.
Lo que está claro es que hay que sacar lo bueno de cada momento y no desaproverchar ni un segundo "carpe diem", que esto es un rato y pasa volando. Dicho esto y retomando que nos encontramos en mi estación favorita hay otra cosa que me encanta, me hace evadirme e incluso soñar un poquito y eso es, el "cabañeo". Que me encanta el rollo de las cabañas en los prados o bosques, con su chimenea y sus huertecitos. Esas tardes preparando algún dulce en las que es un encanto ver llover a través de una ventana. Todo eso lo he encontrado aquí, lo heencontrado en esta cabaña sueca y por eso os la quiero dejar para que la contempléis un ratito y de este modo podáis escapar aunque sea mentalmente unos minutos este fin de semana. Vamos, que los que tengáis un plan preparado así, bien afortunados sois. Descansad y pasadlo bien.
♥ Feliz Finde ♥

 









 




Fotografía Linnéa Pettersson