A cuatro años de la muerte de Hilario Camacho, cantautor madrileño de enorme influencia más allá de los años de transición, un grupo de seguidores del artista ha promovido en internet una campaña para pedir al Ayuntamiento de la capital que rotule una calle de la ciudad con el nombre del cantante. La iniciativa partió de la red social Facebook, como otras tantas cuestiones, y se ha convertido en noticia relevante en medios de comunicación convencionales. No es la primera vez que ocurre tal circunstancia, ni que admiradores de un músico hayan empleado la herramiento cibernética para rescatar del olvido o "hacer justicia" con alguien. Laura Martín, una de las promotoras de la idea, considera que "se debe hacer justicia" con la memoria y el legado de Hilario Cmamacho, fallecido el 16 de agosto de 2006. Dejó una carta de despedida. Ahora, escritores, músicos y aficionados de toda clase y condición, españoles y latinoamericanos, firman estos días un manifiesto que será entregado al Consistorio madrileño a finales de año.
Se trata de rendir tributo a uno de los compositores más prolíficos y brillantes de este país, que captó numerosos fieles entre mediados de los setenta y la siguiente década, pero cayó en desgracia, el olvido en vida, a medida que avanzaba su carrera y el artista peinaba canas. Hilario, nacido en el barrio de Chamberí, firmó extraordinarias canciones y discos redondos, versionó a poetas de la Piel de Toro, se adaptó a los tiempos cuando fue menester, pero a la postre se sumió en un pozo de melancolía al comprobar que los jóvenes no conocían su obra o no mostraban interés por su trabajo; no pudo soportarlo. Tampoco se sentía cómodo con el ritmo de vida actual. La melancolía siempre acompañó a Camacho, incluso en sus años de fertilidad creativa.
Internet ha resultado muy eficaz para casos similares en torno a otros artistas hispanos. La web Popes80, dedicada a la música en castellano vinculada a la edad de oro del pop español, ha visto cómo fructificaba su propuesta de consagrar una calle madrileña a la figura de Enrique Urquijo, quien fuera líder de Los Secretos, escritor de un rico cancionero que permanece vigente diez años después de su lamentable desaparición en una casapuerta de Malasaña, víctima de la heroína También en Malasaña, cerca del bar Pentagrama que el propio autor citaba en la célebre "La chica de ayer", Antonio Vega dispondrá de una calle en Madrid, aunque apoyan iniciativas parecidas en otros lugares del país, caso de La Coruña. Al contrario que a Hilario Camacho, por pertenecer tal vez a otra generación y por el calado diferente de su obra, a Antonio Vega no se le olvida fácilmente. Como Urquijo, murió y resucitó varias veces en vida.
De igual modo, el foro Hijos del Agobio se vio recompensado en mayo pasado del refrendo municipal de su campaña, y el grupo Triana, santo y seña del rock andaluz, acaso el grupo de rock español que ha despachado más discos en la historia fonográfica, ya cuenta con la medalla de oro de Sevilla. Su cantante, el recordado Jesús de la Rosa, fallecido en accidente de coche en 1983, ya fue designado hijo predilecto y se rotuló una plaza con su nombre, a título póstumo, en la ciudad hispalense. Septiembre, Cultura, Diario de Cádiz
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 05 septiembre a las 21:47
Simplemente, GRACIAS, Enrique, de corazón.