“El País” tuvo la muy buena idea de juntar a dos próceres del fútbol italiano para hablar de fútbol. La charla entre Arrigo Sacchi y Sandro Mazzola, reporteados por Eleonora Giovio, es un artículo de colección para los futboleros. Sacchi y Mazzola hablan de Italia; extrañamente, si reemplazáramos “Italia” por “Argentina”, el reportaje funciona a la perfección. Las taras que Sacchi encuentra en el fútbol italiano son, exactamente, las mismas que presenta el fútbol argentino. Seleccionamos para este post, los mejores párrafos de un reportaje imperdible.Arrigo Sacchi. A los italianos nos cuesta entender que a veces los demás son mejores que tú y por eso pierdes.
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Sacchi. Ellos (los españoles) tienen una cosa que nosotros no: siempre han considerado el fútbol como un espectáculo deportivo. Nosotros nunca hemos sabido definir bien lo que es el fútbol. Desde luego no ha sido un deporte con unas reglas férreas y lo que pasa en los estadios italianos lo demuestra. Tampoco ha sido un espectáculo deportivo. Uno de los presidentes más competentes me dijo un día: ‘Lo ideal sería ganar un partido contra un equipo que no para de chutar al larguero y que en el minuto 90 se mete un gol en propia puerta’. Si hubiésemos entendido el fútbol como un espectáculo deportivo, nos habría ayudado a aceptar que una victoria sin méritos no es una victoria.
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Sacchi. Te lo explico con un ejemplo: en 1991, el Real Madrid habló con Berlusconi para ficharme. Ramón Martínez vino a mi casa y me ofreció el doble de lo que cobraba en el Milan y cuatro veces más de lo que cobraría con la selección italiana, con la que ya me había comprometido. Me pidió ayuda: ‘Buscamos un técnico que juegue al toque con pocos pelotazos y pocas contras, que tenga el dominio del campo y del balón’. En Italia no existe ese perfil. Nosotros estamos acostumbrados a jugar a la contra, los chavales lo llevan tan dentro que no hace falta ni explicárselo. El problema es que queremos especialistas: el portero tiene que parar, pero cuando le das el balón no tiene ni idea de a quién dárselo.
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Sacchi. Guardiola me pidió que le recomendara algún central que iniciara la jugada. Le dije: ‘Tengo 65 años y nadie en Italia me ha hecho esta pregunta”.
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Sacchi. (…) En mi época, el ocho aportaba equilibrio, el diez tenía talento para hacer lo que le diera la gana y el delantero centro tenía que marcar. Ahora el fútbol no puede pasar solo por los pies del que tiene talento. Nos estamos volviendo locos para explicarle a los chavales que tienen que ser un ejército compacto que se mueva junto cuando ataca y defiende. Los romanos conquistaron la Galia por compactos. Yo, que soy un hombre que no viene del fútbol, siempre pensé que, como en las mejores películas, si no tienes un buen guión, los actores, por muy buenos que sean, no se sostienen solos. Si juegas muy cerca de tu compañero, el pase será más rápido y preciso. Si juegas a 40 metros, recibirás la pelota casi siempre de espaldas y alta.
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Mazzola. Como ahora solo vale ganar, los directivos hacen la vista gorda, han poblado el fútbol de gente poco educada que se dedica a intimidar a rivales, a árbitros y a los propios jugadores.
Sacchi. Ni los políticos ni la prensa han ayudado. Estamos peor de lo que estábamos. El estadio italiano es la imagen perfecta de lo atrasado que está este país. La mayoría los construyó el Duce y los que no, son unas copias. Y luego se nos pide jugar bien al fútbol… No hay planificación, solo se puede vivir al día. Somos unos artesanos en un mundo industrial. Nos cuesta hasta ganarle a Austria y a Suiza en las selecciones inferiores. Las horas que allí dedican al fútbol en una semana nosotros las hacemos en un mes.
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Mazzola. ¿Cuánto tiempo pasan los nuestros con el balón? Mi sobrino de siete años solo ve el balón en los últimos 20 minutos de entrenamiento. ¡Joder, el fútbol hay que jugarlo con el balón!
Sacchi. Fui a ver a Rinus Michels a Utrecht. Vi hora y media de entrenamiento de los chicos de 12 años: fue hora y media de posesión.
Mazzola. En la posesión está todo: conducir el balón, el pase, el desmarque.
Sacchi. Si a los nuestros les enseñamos a trabajar así desde los 12 años, llegan a los 18 y lo hacen con los ojos cerrados.
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Mazzola. Nos salva la historia, el orgullo y el gran amor a este deporte.
Sacchi. Pero hacemos de todo para complicarnos la vida. Las estructuras son las que son, los educadores también y tampoco les ayudamos. Además, los directivos ya echan hasta a los técnicos de los sectores juveniles. Lo primero que te preguntan no es ‘¿cómo hemos jugado?’ sino: ‘¿Hemos ganado?’
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Sacchi. Dos de los cuatro Mundiales que hemos ganado han sido tras enormes escándalos [apuestas en el 82 y calciopoli en 2006; el diálogo se produce antes de destaparse la reciente trama de amaños]. Se lo dije al presidente de la Liga: si alguien te dice en 2010 ‘ganaremos el Mundial y Materazzi será pichichi’ lo habrías tomado por loco. Esta es nuestra fuerza: cuando dejamos de ser masoquistas, conseguimos ser un equipo. En Italia siempre se ha pensado que el calcio es un deporte individual en el que el entrenador solo estudia cómo frenar al rival.
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Mazzola. Para mí, tienes que tener motivación. Ser duro y echarle huevos: tirar fuori i coglioni, como se dice aquí. Lo inventó Helenio.
Sacchi. Con eso solo no basta. Hay que tener un guion y no puede escribirlo un solo jugador; te lo da una idea de juego. Los defensas no deben tener como referencia el rival sino el compañero y el balón. Los chavales de 14 años son incapaces de ver eso.
Mazzola. Están demasiado condicionados por el orden táctico, el entrenador se pasa el partido gritando.
Sacchi. He visto a padres pegarse entre ellos para ver quién era el mejor hijo. En mi época, los padres querían que estudiaras.
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Sacchi. Hemos tenido grandes jugadores pero nos ha costado ser dueños del campo y del juego. Eso es por concebir el fútbol en función del miedo y del rival… Si los chicos tienen que aprender, prefiero que aprendan jugando al fútbol. Yo les diría: ‘Si le dejáis la pelota a los adversarios, ¿cómo pretendéis divertiros? Mejoraréis la atención, aprenderéis a sufrir, pero carajo ¿y la sensibilidad del juego y la estima personal?’ .
Mazzola. ¿No crees que mientras los demás equipos se rejuvenecen, los nuestros envejecen?
Sacchi. En el Milan que yo entrenaba nadie pasaba de los 30. Ancelotti me dice: ‘Cuando fui al Milan, con 28 años era de los mayores, en el Milan de ahora sería la mascota’. Cuando no estás seguro y te faltan conocimientos, tiras de veteranos porque crees que pueden completar tus carencias como técnico.
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Sacchi. (Los alemanes) ...han hecho un trabajo extraordinario en el fútbol base, como España y Francia. España siempre ha sido buena tácticamente, pero concebían el fútbol de forma individual. Los derrotábamos imponiendo nuestra organización. Han dado el salto de calidad cuando han empezado a jugar como equipo. Defendían mal, no sabían presionar. Enfréntate ahora a ellos… los tienes encima en un segundo. A nivel juvenil se nos hace imposible jugar contra España, Alemania y Francia. Dentro de cinco años, la vorágine será tan grande que ya no la podremos compensar con nuestra historia y carácter. Prandelli lo está pagando, pero ha dado una identidad a la selección. Privilegia el espíritu.
Mazzola. Lo único que le falta es ese jugador que marca las diferencias.
Sacchi. Totti y Del Piero en la selección nunca las han marcado. Italia ha ganado sin ellos. No es un jugador el que transforma a un equipo. Mira a Messi y Argentina.
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Sacchi. Gullit me ayudó a hacer entender a todos que para defender atacando había que correr. Van Basten era otro tipo de jugador. No era tan bueno como Ronaldo, pero si me hubiesen dado a elegir, me habría quedado con Van Basten. Ronaldo era un fenómeno, pero no siempre tenía ganas de entrenarse. Di Stéfano me dio la mejor definición: ‘¿Los delanteros modernos? El Buitre juega contra vosotros y le pitan 25 fueras de juego. Ronnie toca un balón y marca dos goles’.
“Los italianos no consideran el fútbol como un espectáculo”
Reportaje de ELEONORA GIOVIO a ARRIGO SACCHI y SANDRO MAZZOLA.
(el país, 10/06/12)