La visión comercial de James Cameron, unida a su sexto sentido respecto a lo que puede atraer a las grandes audiencias, hace que todo lo que desarrolle se convierta en oro. Su nombre tras un proyecto garantiza perfección técnica y espectacularidad. La traslación a la gran pantalla del manga ciberpunk de los 90 Battle Angel Alita, creado por Yukito Kishiro, ha rondado por su cabeza desde que los nueve volúmenes originales pasaron por sus manos. Primero Titanic y más tarde Avatar lo mantuvieron lo suficientemente atareado como para no poder prestar atención a una adaptación que requería un notable avance de la tecnología para recrear ese mundo con la fidelidad debida al cómic original. Enfrascado en la continuación de la epopeya de la luna Pandora, ha delegado las funciones de dirección en Robert Rodríguez manteniendo su estatus como productor y coguionista.
Nos encontramos en 2563, en un universo post apocalíptico dividido en dos: Iron City, una ciudad sucia y ultraviolenta poblada principalmente por cíborgs con cerebro humano, y la utopía para todos ellos, Zalem, una urbe flotante cuyos habitantes viven, aparentemente, en un entorno idílico donde los extranjeros no son bienvenidos. La trama se desarrolla en el gran vertedero inferior donde el doctor Dyson descubre la carcasa de una joven cíborg a la que repara y devuelve a la vida. Ha perdido la memoria, pero sus innatas dotes para la lucha hacen que ella misma trate de desvelar su misterioso origen al tiempo que intenta proteger a los suyos de poderosos enemigos.
Esta primera parte que desarrolla el nacimiento y la procedencia de la protagonista concentra lo más interesante del libreto, con las relaciones humanas como punto a su favor y alguna que otra concesión al espectáculo magníficamente plasmada. Alita se crea a partir de la mezcla entre la actriz que la interpreta y elementos generados por ordenador, como esos grandes ojos que homenajean a los que solemos ver en los mangas japoneses. La impecable factura audiovisual conforma uno de los puntos destacados del filme, con unos decorados absolutamente impactantes que surgen de la unión entre construcciones reales y aditivos digitales.
Las conexiones meta cinematográficas son constantes. Todo el segmento inicial recuerda a El caso Bourne, los dos mundos antitéticos y clasistas han aparecido tanto en Elysium como en La isla, que comparte con esta cinta el misterio de qué habrá allá arriba, y la población rodeada de basura metálica, al estilo de WALL-E, nos trae a la mente Ready Player One.
La combinación de piezas podría haber dado como resultado un entretenimiento de primer nivel de haberse respetado un equilibrio entre lo narrativo y la acción pura y dura. Por desgracia, la presencia reiterativa de secuencias con persecuciones, luchas y demás prolonga en exceso un largometraje que en su coda se enroca, proponiendo varios finales consecutivos que dejan la historia abierta a posibles continuaciones. Si en lugar de 120 minutos nos hubiésemos quedado en la habitual hora y media del cine de animación, tendríamos ante nosotros una obra, en su estilo, redonda.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos
Copyright imágenes © Twentieth Century Fox, Lightstorm Entertainment, Troublemaker Studios, Stereo D, TSG Entertainment. Cortesía de 20th Century Fox Spain. Reservados todos los derechos.
Alita: Ángel de Combate
Dirección: Robert Rodríguez
Guion: James Cameron, Laeta Kalogridis y Robert Rodríguez, basado en la serie de novelas gráficas Gunnm o Battle Angel Alita de Yukio Kishiro
Intérpretes: Rosa Salazar, Christoph Waltz, Jennifer Connelly, Maheshala Ali
Música: Junkie XL
Fotografía:Bill Pope
Duración: 122 min.
Canadá, Argentina, Estados Unidos, 2019
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