La ictericia es la coloración amarillenta de la piel y mucosas debida a un aumento de la bilirrubina.
Se hace clínicamente evidente cuando la bilirrubina es mayor de 2 a 2,5 miligramos por decilitro en sangre.
Los valores normales para la bilirrubina son de: 0,3 a 1 miligramos por decilitros.
Hay dos tipos de bilirrubinas: la conjugada y la no conjugada y ambas se excretan del hígado.
La ictericia en sí misma no es una patología sino que solo es un signo de una afección patológica subyacente.
Existen tres tipos principales de ictericia: prehepática, hepática y post hepática.
La primera de estas se debe a la liberación de bilirrubina no conjugada por destrucción de eritrocitos debido a una anemia hemolítica o por el aumento de bilirrubina libre a causa de una hipoalbuminemia, y la albumina es su principal transportador.
La ictericia hepática se debe a problemas en el árbol biliar dentro del hígado que puede ser por destrucción de los hepatocitos, así como alteraciones del flujo por estos conductos, ejemplos son la cirrosis hepática, la hepatitis viral aguda y la hepatitis crónica.
La ictericia post hepática se debe a la obstrucción del conducto colédoco, sea por un cálculo a nivel de la vesícula biliar o incluso por la compresión originada por un cáncer de cabeza de páncreas.
Dentro de su analítica se deben realizar estudios de laboratorio para confirmar niveles séricos de bilirrubina, enzimas hepáticas para ver el grado de afectación de este órgano y diagnósticos por imágenes como por ejemplo ecografías hepáticas para ver el nivel de afección.
Su tratamiento estará dirigido a corregir la patología de base que genera dicha ictericia.