Revista Religión

Una corona blanca

Por Frabreum @FRABREUM

UNA CORONA BLANCA
Toda carne es como hierba y toda la gloria, del hombre comoflor de la hierba. (Pedro 1:24)
¿Te has mirado últimamente en el espejo? ¿Qué es lo primeroen lo que has reparado? ¿Tal vez te has parado a pensar que el almanaque noperdona? Hoy quiero invitarte a que tomes algo de tiempo para mirar un álbum defotografías, aquel que conserva tu vestido blanco de novia y la esbelta figuraque solías tener. Mi madre tenía en un lugar visible de la casa un hermosocuadro en el que se encontraba una preciosa joven vestida de novia. Era ella,años atrás, pero cuando llegaban visitas a casa, siempre preguntaban concuriosidad si aquella muchacha era su hija. Mi mamá sonreía entre dientes, ycontestaba: «Yo también fui».
Cuando mi esposo y yo nos casamos decidimos comprar un álbumde fotos para nuestros aniversarios, en el que iríamos colocando solo una fotografíacada año. Así lo hemos hecho, y cada vez que lo abrimos nos trae maravillososrecuerdos, y también nos muestra los hermosos cambios que hemos sufrido. Sí,digo «hermosos», porque no considero la edad como algo feo, y mucho menos comoalgo de lo que avergonzarse. No solo los capullos son hermosos, también lasflores maduras, las flores secas e incluso las marchitas, cuando se han sabidoconservar con buen gusto y elegancia.
Por lo general no apreciamos esa etapa tan importante en laque cada mujer podría desarrollarse en diferentes funciones utilizando suexperiencia, algo nada desdeñable. Si has llegado a la tercera edad, no dejesque las arrugas acartonen tu corazón. Hay gran belleza en un corazón bondadoso,servicial, útil a la comunidad, a la familia, a sí mismo y a Dios.
Proponte con la ayuda divina ser un legado de esperanza paraotras mujeres que pisarán muy pronto tu rosal. Sé esa llave que sabe abrir losrincones más misteriosos del amor. Regala tus encantos y disfrutarás de tu vidahasta el último momento. Descubre la belleza que se esconde en las canas ymedita en este texto: «Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostrodel anciano» (Lev. 19: 32).
Fuentes: Meditaciones Matutinas

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