Revista Arte
El poeta italiano Torquato Tasso (1544-1595) concluyó en 1575 su gran obra épica y lírica Jerusalén Liberada. El poema relata, en un estilo legendario, las vicisitudes de los cruzados durante la primera toma de Jerusalén en 1099. Entre ellos se encuentra el soldado Reinaldo. Éste huye del campamento cruzado por un enfrentamiento con otro compañero. Entonces una maga, Armida, es enviada por uno de los aliados de los sitiados musulmanes de Jerusalén. Armida consigue, gracias a su magia, hacer prisioneros a algunos cruzados cristianos. Mientras, otros caballeros cruzados se rebelan contra el jefe de esta Primera Cruzada, Godofredo de Bouillón (1060-1100), por desacuerdos con la forma en que éste llevaba a cabo el asedio. Al final, Godofredo logra dominar la rebelión y luchar por fin con el enemigo musulmán. A su vez Reinaldo aprovecha su huida para liberar a parte de los prisioneros cristianos capturados por la arpía Armida.
Sigue el poema de Tasso describiendo como un bosque cercano, que los cruzados deben utilizar para fabricar los artefactos de asedio a Jerusalén, es hechizado por un mago enemigo siendo así imposible usar los árboles por los cristianos. Godofredo manda entonces buscar a Reinaldo, único capaz de conjurar el hechizo. Éste, sin embargo, ha caído seducido bajo los poderes mágicos de Armida. A su vez ésta terminará enamorada irresistiblemente de Reinaldo. El soldado cruzado consigue al fin liberarse del seductor hechizo y, por lo tanto, acaba conjurando el maleficio del bosque. Los cristianos pueden usar así su madera para terminar por conquistar la ciudad amurallada de Jerusalén.
El pintor veneciano Francesco Hayez (1791-1882), gran representante del Romanticismo histórico de su país, fue a la vez un hábil artista que consiguió combinar la excelente factura de su trabajo pictórico con un misterioso y acertado simbolismo. Así, creó el cuadro Reinaldo y Armida en 1814, enamorándose también el autor de la joven modelo de diecinueve años. En este lienzo se aprecia como Armida, que se acerca al enemigo cristiano Reinaldo para matarlo, acaba enamorándose de él. Dos compañeros de Reinaldo le buscan y tratan de convencerlo de que rehúya del hechizo, utilizando incluso un espejo para que él se observe y reaccione. Otro pintor, Nicolas Poussin, pintó antes, en 1629, la misma representación. En esta obra Poussin incluye a Cupido, que trata a su vez de detener el brazo asesino y decidido de Armida.
(Imagen del lienzo Reinaldo y Armida, de Francesco Hayez, 1814, Galeria de Venecia; Óleo Meditación de la Historia de Italia, de Francesco Hayez, 1851, Galería cívica de Arte, Verona, (extraordinaria obra que simboliza la construcción de la nación italiana, con los símbolos que justifican la creación de Italia: la cruz, la Historia escrita; al mismo tiempo, el pintor Hayez dibuja una joven pura pero dubitativa, de mirada perdida y sin fuerza, como la realidad en el momento de la creación del cuadro, de las dificultades que la unificación italiana suponían en aquel año de 1851); Autorretrato de Francesco Hayez, 1860, Galería de los Uffizi, Florencia; Imagen del cuadro Retrato de Torquato Tasso; Cuadro de Nicolás Poussin, Reinaldo y Armida, 1629, Londres; Cuadro de la pintora prerrafaelita Mary Spartalli Stillman (1844-1927) Una rosa del jardín de Armida, 1894.)
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