William Burroughs es conocido por ser uno de los escritores más relevantes de la Beat Generation, generación literaria estadounidense de los años cincuenta, a la que también pertenecieron autores como Jack Kerouac o Allen Ginsberg, y cuya forma de ver la vida fue la principal impronta del movimiento hippie de los sesenta.
El almuerzo desnudo, escrita en Tánger y publicada en París en 1959, es considerada a menudo como su obra más importante, no en vano fue considerada por la revista Time como una de las '100 Mejores Novelas en Inglés de 1923 a 2005'.
Se trata de una obra literaria cuyo argumento gira entorno a la drogadicción y a las relaciones homosexuales. La ansiedad en la búsqueda de la droga, el síndrome de abstinencia, la violación o el asesinato son narrados con un estilo 'brutal, obsceno y repugnante por necesidad' -según el propio Burroughs-, que en ocasiones transciende lo escatológico y pornográfico.
Y, así y todo, se trata de un relato con una importante carga autobiográfica. En la introducción Burroughs nos dice:
'Yo fui adicto durante quince años. [...] He consumido la droga bajo muchas formas: morfina, heroína, dilaudid, eucodal, pantopón, diocodid, diosane, opio, demerol, dolofina, palfium. La he fumado, comido, aspirado, inyectado en vena-piel-músculo, introducido en supositorios rectales. La aguja no es importante. Tanto da que la aspires, la fumes, la comas o te la metas por el culo, el resultado es el mismo: adicción'.
Y más adelante:
'Encontré esta vacuna al final del trayecto de la droga. Estaba viviendo en una habitación del barrio moro de Tánger. Hacía un año que no me bañaba ni me cambiaba de ropa, ni me la quitaba más que para meterme una aguja cada hora en aquella carne fibrosa, como madera gris, de la adicción terminal'.
Una novela de difícil comprensión debido a las técnicas narrativas de descomposición y ruptura del lenguaje convencional que caracterizan a Burroughs. El almuerzo desnudo es un collage formado por varios relatos breves, aparentemente desconectados, que en ocasiones rozan la ilegibilidad, exigiendo un esfuerzo considerable por parte del lector.