Y en este año ya estamos aquí. Se acercan esos meses calurosos y eso en el mundo del videojuego significa una cosa: vacaciones para viciarse mucho el E3, la feria más grande de los videojuegos. O simplemente vamos a llamarla feria de videojuegos, ya que no es ningún secreto que el E3 ha cambiado. Puede que tarde o temprano el E3 estuviera condenado a un cambio con la fama del mundo del videojuego, ya que en sus inicios todavía era una industria y sector muy minoritario, pero como una persona que siempre ha admirado esta feria (típicas frases de “yo algún día iré al E3″) nunca imaginé que este iba a ser el cambio que iba a dar. Cuando quedaba un mes, empezaba la cuenta atrás, los rumores, las predicciones, algunas imágenes filtradas de las cajas en los almacenes, las fotos de grandes desarrolladores llegando a Los Ángeles, los gifs con las predicciones… era divertido ver cómo el hype crecía, en ningún momento me llevé decepciones ya que es más un juego y una forma de divertirse… y al fin llegaba la fecha.
No he llegado nunca al extremo de pedirme vacaciones para ver todo el E3 en directo (tengo conocidos que sí) pero esa semana era “la semana”: conferencias, comentar, hablar, ver vídeos de gameplay… el E3 es un espectáculo. Es como un concierto, nadie paga el precio de una entrada de concierto para escuchar música, para eso te compras el CD y te lo pones en tu casa. En los conciertos tiene que haber buena música, pero una cosa que tienen que no puede tener el CD, es el espectáculo. Y eso era justo lo que tenía el E3, espectáculo. Esta feria era el concierto de los videojuegos, y el espectáculo ha muerto.
De Nintendo, al ser una de las grandes, no me ha gustado su decisión de no dar una conferencia. Me da igual que el día anterior hagan una Nintendo Direct y presenten la lista de juegos más larga y de más calidad que hayan presentado nunca. Seguirá faltando la expectación de reunir cientos de periodistas y que salga Miyamoto en escena blandiendo una Espada Maestra. También faltará el tráiler en el que todo el mundo se levanta, aplaude y haga la danza del cangrejo de la emoción de lo que se ve en pantalla, o que todo el mundo esté conectado a los canales de streaming y de tirones del número de conexiones a la vez… falta el espectáculo del concierto, el juego de luces, las caras conocidas contando su producto. Falta la magia.
Pero no nos quedemos solo en compañías que no dan conferencias, ahora vayamos a por aquellas que sí las dan. Tengo Xbox360 y estoy muy contento con ella, pero en el pasado E3 Microsoft hizo totalmente el ridículo. ¿Quién no ha visto esos gifs de los bailarines que salieron porque no tenían ni juegos para presentar? Hay que administrar el tiempo de estas conferencias o se hacen aburridas, como suele ocurrir con las de Sony. Si un año en el E3 tienes material para una conferencia de 90 minutos… ¡Felicidades! Pero si para el siguiente año solo tienes para 30 minutos… no lo alargues a más de una hora para enseñar que la tienes más grande que los demás. Que encima la manera de alargar estas conferencias son torturas físicas y psicológicas.
El primer paso es empezar con la moda que inició Nintendo: hablemos de nosotros mismos. “Cuánto nos queremos y somos guays, somos la repera y la gente nos ama porque hacemos esto y lo otro.” Este es un ejemplo típico de 20 minutos de conferencia. Entre esas frases se cuelan datos de ventas, datos de gente que utiliza este servicio, datos de tal juego vendido… etc. Y me parece bien, es información del mundo del videojuego que como fan me encanta conocer aunque a mí ninguna compañía me dé de comer, pero no se le puede dedicar tanto tiempo a este punto, ya que la gente está pendiente a lo nuevo, con Internet esos datos se pueden encontrar fácilmente. Se pueden cantar baladas en los conciertos… ¿pero un concierto solo de baladas?
Otro de los puntos de tortura en una conferencia son los gameplays de TODOS los juegos que se presentan, y encima cada gameplay de muuuchos minutos. Simplemente hay juegos de gameplay, y otros que no. Al igual que en un concierto la pirotecnia sirve para unas canciones y para otras no. No necesitamos todos los años una demostración del nuevo Call of Duty, ya que luego en la showfloor la gente se va a grabar jugándolo. Hay juegos que tendrían que presentarse como tráilers simplemente, uno detrás de otro, y si hay algo muy bueno hablar de él y si ya es totalmente revolucionario o espectacular (o como lo quieras llamar), hacer un gameplay. Cámaras ya tiene todo el mundo, y normalmente los periodistas y asistentes al E3 juegan esos gameplays mejor que el que suele salir al escenario.
Me repatea mucho la gente que dice que el E3 ahora tiene que ser así. Ahora es así porque ellos quieren, porque se pueden hacer conferencias más cortas y mejor administradas que meternos los zurullos que nos han estado metiendo últimamente, del impacto que tiene ahora la feria, al público que va dirigida, o del dinero que se gastan por hacer una conferencia como las de antes. El mundo del videojuego necesita ese concierto, que necesitan los grandes artistas, o los Óscars del cine. Al fin y al cabo, a la gente le gusta el espectáculo, y una de las soluciones sería hacerlo más corto y más intenso.
Pero mientras el E3 siga por el camino que ahora mismo tiene, camarero pase de mi mesa y no me deje la botella de hype, que ya no me espero nada de lo que fue la mayor feria del mundo del videojuego. Tengo interés cero en este E3, ahora de lo único que me sirve es para ver los gifs al día siguiente de lo ridículas que son algunas partes.
La entrada Una de no-hype camarero es 100% producto Deus Ex Machina.