Así es, amigos. Este vuestro blog cumple hoy 10 años. Parece mentira que ya haya pasado una década desde aquel primer post en 2005, con una cita de la serie Babylon 5. Por aquel entonces (y hasta no hace mucho), tenía como avatar precisamente a Kosh, el personaje que decía tal frase.
Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Es inevitable. El blog ha pasado por dos cambios de imagen, y una pequeña adaptación a los nuevos tiempos. Tiene una página en Facebook y otra en Google Plus, aunque es cierto que la única actividad que hay allí es la de compartir los post del blog. También comparto dichos posts desde mi cuenta de Twitter.
Por otro lado, como ya sabéis, este vuestro blog ha ido sufriendo una lenta pero continua progresión a peor en uno de los aspectos fundamentales: la frecuencia de las publicaciones. Efectivamente, de poco sirve todo lo demás si lo más importante, el contenido, sólo se actualiza de vez en cuando. Este último año sólo he publicado 16 entradas. Muy lejos quedan aquellos tiempos en los que publicaba casi a diario.
El motivo principal lo conocéis de sobra: la falta de tiempo. Y además, el problema es doble. Ya no sólo es que tenga poco tiempo libre para pensar y redactar los artículos. Es que también tengo muy poco tiempo para ir al cine. Una de las bases de este blog es partir de errores en películas, y ya he llegado a un punto en el que he comentado todo lo que merece la pena comentarse de todo lo que he visto y leído a lo largo de mi vida. Necesito ver más. Para que os hagáis una idea, aún no he tenido ocasión de ver Interstellar, una peli de la que todo el mundo habló en su momento, y que me ha obligado a hacer un enorme esfuerzo para evitar spoilers (algo casi imposible, y que me temo no he logrado en su totalidad).
Hay otro motivo además de la falta de tiempo para tener este blog tan abandonado. Soy una persona de muchas aficiones. No sé si eso es bueno o malo, pero es así. Durante los primeros años, escribir en MalaCiencia me apasionaba. En cuanto tenía un rato, me ponía a ello. Ahora hay otras actividades que han tomado el relevo como pasión principal. Durante un tiempo fue el World of Warcraft (quién sabe si alguno de vosotros me conocisteis en Azeroth sin saberlo). Actualmente es escribir otro tipo de cosas. Con la publicación de «Las memorias de Klatuu», mi primera novela (¿aún no la tenéis? ya estáis tardando), ha vuelto a mí una afición que tenía desde hace décadas, pero que ha permanecido aletargada durante todo este tiempo. Porque lo de escribir ficción no es algo reciente. El libro lo escribí alrededor de 2001, y antes de eso escribía y dibujaba cómics (de forma totalmente aficionada; no los busquéis en ningún sitio, que no los vais a encontrar). Ahora me descubro aprovechando mis pocos ratos libres en escribir la continuación, y otras historias que rondan en mi cabeza.
Así que, aprovechando este aniversario, he decidido hacer oficial la situación en la que se encontraba este blog desde hacía un tiempo, pero que no quería reconocer. Voy a aparcarlo temporalmente. No está mal, después de 10 años y 523 entradas (bueno, 524 contando con ésta), haber sido entrevistado en la radio un par de veces, e incluso haber tenido en una de ellas una sección fija durante unos meses.
Fijáos que he dicho la palabra «temporal». Dado el extraño comportamiento de mi cabeza, no descarto el retomar MalaCiencia en algún momento. De hecho, estoy casi seguro de que lo haré. Mientras tanto podéis disfrutar con entradas de temática similar en El Tercer Precog o en El profe de Física, ambos de sendos profesores de universidad. Opciones no faltan en la red.
Así que no os digo adiós, sino...
Hasta luego.