Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) concluye que una dieta con alto contenido en grasas afecta al desarrollo cognitivo de los niños, afecta a las habilidades mentales, al tiempo de reacción, a la capacidad de resolución de un problema y a sufrir una menor flexibilidad cognitiva (capacidad mental para cambiar de pensamiento alrededor de dos conceptos diferentes, y pensar en múltiples conceptos simultáneamente).
En la investigación se trabajó con un grupo de 150 niños con edades comprendidas entre los 7 y los 10 años, se correlacionó la información dietética de los niños (consumo de grasas saturadas y niveles de colesterol) con los resultados de la resolución de distintas pruebas en las que se debían seleccionar formas o colores en un entorno de parámetros cambiantes que ayudaba a controlar además de los aciertos, los tiempos de reacción. Según los investigadores, los resultados no dan lugar a dudas, el consumo total de grasa en la dieta está relacionado con la capacidad de reacción, la precisión y el nivel de acierto.
Según las conclusiones obtenidas, las grasas saturadas se relacionan con un tiempo de reacción más largo en los tipos de prueba en los que se requiere una mayor flexibilidad cognitivay se reduce la capacidad para mantener varios conjuntos de tareas en la memoria. En el caso de tener un mayor nivel de colesterol, este es responsable de alterar la precisión además de incidir en los tiempos de reacción. También se ha constatado la asociación entre el IMC (Índice de Masa Corporal) y una menor precisión en la reacción y las respuestas.
Según los autores, estos resultados no demuestran una relación causal entre el mayor consumo de grasa y un rendimiento mental más pobre, aunque apuntan que se supone que la variabilidad y la flexibilidad cognitiva son aspectos impulsados en gran medida por el tipo de dieta, siendo posible lo contrario, que la flexibilidad cognitiva inferior pueda causar y estar implicada en los malos hábitos dietéticos. El estudio hay que cogerlo con pinzas por varios motivos, sólo se analizó la dieta de los niños durante las últimas 24 horas, y no se tuvo en cuenta el consumo de micronutrientes, lo que muestra que es necesario desarrollar nuevos estudios que evalúen mejor la dieta a fin de poder reforzar y ratificar los resultados obtenidos.
Los autores explican que es importante conocer esta relación ya que la flexibilidad cognitiva es importante, pues comprende la capacidad de cambiar la perspectiva de la vida diaria, por ejemplo, observar un problema desde el punto de vista de otras personas o desde una dirección distinta, facilita poder adaptarse a los cambios de prioridad o demanda, etc. Los expertos creen que el control cognitivo básico puede ser susceptible a los efectos perjudiciales del consumo de grasas saturadas y el nivel de colesterol, por lo que sería un ejemplo más de por qué los niños tienen que seguir una dieta y un estilo de vida saludables.
Podéis conocer más detalles del estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Appetite.
Foto | Libertinus
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Una dieta con alto contenido en grasas afecta al desarrollo cognitivo de los niños