Revista Libros

Una educación libertina

Publicado el 01 febrero 2012 por Santosdominguez @LecturaLectores

Una educación libertina
Jean-Baptiste del Amo.
Una educación libertina.
Traducción de Lydia Vázquez Jiménez.
Cabaret Voltaire. Barcelona, 2011.
París, ombligo mugriento y apestoso de Francia. El sol, suspendido en el cielo como un ojo de cíclope, lanzaba sobre la ciudad un calor incorruptible, una sequedad sofocante. La fiebre fundía sobre París como cera espesa, ardiente, transformaba los cuartuchos bajo los tejados en infiernos, penetraba por la estrechez de los callejones, saturaba rezumante cada vena y cada arteria, desecaba fuentes y estancaba el vacío de las plazas en el aire tembloroso de los patios nauseabundos.
Con esa fuerza descriptiva y esa potencia evocadora comienza Una educación libertina, la obra con la que Jean-Baptiste del Amo (Toulouse, 1981) ganó el Premio Goncourt 2009 a la primera novela y que acaba de publicar Cabaret Voltaire con una admirable traducción de Lydia Vázquez Jiménez.
Ambientada en el París del XVIII -el siglo contradictorio de la educación y el libertinaje- y protagonizada por Gaspard, un ambicioso muchacho que llega a aquel ombligo mugriento y apestoso de Francia en busca de fortuna, es una excelente novela de formación.
Con el telón de fondo de un París evocado en la reconstrucción de sus olores y sus ambientes desde un eje central de referencia -el Sena y la simbología social de sus dos orillas-, esta es la historia de un arribista, de su ascensión social y su desgracia definitiva.
En su ambicioso y brillante desarrollo conviven las luces y sombras, lo carnal y lo filosófico, el refinamiento y la depravación, el sexo y la muerte a través del hilo conductor de un antihéroe errante en busca de fortuna y en constante huida de su pasado miserable.
Pero esta es también la historia de una degradación personal, la recreación perversa de una educación sentimental sobre el telón de fondo de un París recreado asombrosamente con la fuerza de la imaginación, porque Del Amo no conoció la capital del Sena hasta después de escribir esta novela.
Casanova, Sade, Flaubert, Balzac, Zola o Süskind son algunas de las fuentes de las que bebe esta narración ambientada en una época en la que el libertinaje era tanto un comportamiento como una ideología, tanto una ética como una estética.
Una novela histórica excepcional por la calidad de su escritura, por la potente capacidad de sugerencia que tienen sus descripciones de una ciudad ruidosa y nauseabunda y por la dimensión intemporal de su trama.
Santos Domínguez


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