(Leído en agosto de 2015)
(Fuente: Elaboración propia).
Una erasmus en Bruselas es la novela con la que debuta Alfredo Escardino (Valencia, 1961). La publicó la Editorial Funambulista el 24 de marzo de 2014 y ha debido ser tal su éxito que en abril de 2014 se publicaron la segunda y la tercera edición, en mayo de 2014 la cuarta, en octubre de 2014 la quinta y en abril de 2015 la sexta. Se trata de una edición denominada rústica con solapas, tiene 448 páginas y cuesta 19,50 euros.
Seguramente no fuese ésa la intención del autor pero podríamos considerar a Una erasmus en Bruselas como una novela New Adult. Es verdad que esta etiqueta comercial es una invención reciente del mundo editorial estadounidense (2009) y que la beca Erasmus nació en 1987 en un contexto europeo aunque con posterioridad surgiese la Erasmus Mundus que la hizo extensible a los otros continentes. Si entendemos que una novela New Adult se caracteriza por retratar esa etapa en la que los adolescentes se van adentrando poco a poco en el mundo adulto y que esto implica retratar la vida universitaria y las primeras prácticas laborales hace que Una erasmus en Bruselas sea una alternativa al New Adult más comercial, romántico y anglosajón que está llegando a las librerías españolas (con autoras como Jessica Sorensen o Abbi Glines) y que están usando como modelos los escritores en España (Alice Kellen, Natalie Convers, Victoria Vílchez, María Martínez, Elena Castillo Castro, Alexandra Roma, Iris Mackenzie…).
Creo que Una erasmus en Bruselas podría ser considerada como un New Adult por varios motivos. La protagonista, Cristina Vilanova, tiene 23 años y algunos de sus amigos en Bruselas (Reyes, Francesca, Almudena o Jessica) podrían ser de su edad o algo mayores aunque esto no se especifica. La experiencia Erasmus es una situación relativamente pasajera que ha formado, forma y formará parte de la vida universitaria de muchos jóvenes europeos (de los países de la Unión Europea más Islandia, Noruega, Suiza y Turquía) y en esta novela se muestra bastante bien a través del punto de vista de la protagonista que nos habla en primera persona acerca de su día a día, las clases en la Universidad Libre de Bruselas, las fiestas universitarias, las dificultades de vivir en un país extranjero donde no hablan tu lengua materna y lejos de las comodidades de tu entorno, los exámenes, la convivencia con otros compañeros de estudios o de trabajo… Me gustaría advertir que esta novela relata cómo habría sido la experiencia Erasmus en sus primeros años (1988) y esta advertencia va, sobre todo, para todos aquéllos que la hayamos disfrutado en esta última década y es que no vamos a encontrar referencias socioculturales y tecnológicas que puedan recordar, por ejemplo, a la mía durante el curso 2009 – 2010 en el noreste de Italia: portátiles, móviles, chats como el Messenger, videollamadas de Skypeo redes sociales como Tuenti o Facebook. La editorial Funambulista promociona esta novela como aquélla “(…) que a todo erasmus le encantaría leer (…)” y en mi caso han acertado, ya que muchas de las reflexiones que Cristina Vilanova hace acerca de la Erasmus y su experiencia en el extranjero son válidas tanto en 1988 como en 2010, 2013 o 2015.
La trama de Una erasmus en Bruselases compleja porque no sólo abarca los meses de la Erasmus de la protagonista, sino que también aborda la problemática de las primeras prácticas profesionales y remuneradas que hacen los estudiantes universitarios tras licenciarse o hacer un Máster. En este caso es un stage (término que también se utiliza en Italia con el mismo fin, a pesar de tener la palabra tirocinio con el mismo significado) en la Comisión Europea (y que al parecer el autor ya había realizado a finales de los 80). Esta circunstancia, unida a otras más personales, hace que a la protagonista le entren dudas acerca de alargar de manera indefinida su estancia en Bruselas o volver a Valencia. Esto le ayuda a Alfredo Escardino a abordar ciertas cuestiones que todo joven debe afrontar al terminar los estudios y adentrarse en el mundo laboral: las oposiciones a eurofuncionario, los envíos de currículums y las entrevistas de trabajo.
Una erasmus en Bruselases una novela que me ha encantado, que he disfrutado mucho leyendo y que me ha hecho recordar, por un lado, mi experiencia Erasmusy, por otro, la que tuve tiempo después como becaria Leonardo da Vinci (primavera de 2013). Ambas me han enriquecido y me han marcado. Sin embargo, las primeras páginas no me han entusiasmado tanto como el resto de la novela. Ésta está contada principalmente en primera persona desde el punto de vista de Cristina Vilanova aunque de vez en cuando se introducen fragmentos en tercera persona que nos alejan un poco del día a día de la protagonista.
Otro tema sumamente interesante que se trata en la novela es la situación política de la CEE (Comunidad Económica Europea) antes de pasar a llamarse UE (Unión Europea) y convertirse en una unidad política y no sólo económica. Nos encontramos ante la llamada Europa de los 12 que está en negociaciones con los países escandinavos (supongo que la referencia que se hace a Escandinavia en la novela será a Noruega y Suecia) para su integración en la CEE y ser 16 países. También es interesante conocer cómo se veía en Bruselas la tensa situación política que había entonces en Europa y previa a la caída del muro de Berlín, la desmembración de la Unión Soviética y la posible integración de los países de Europa del Este en la CEE. Se citan a políticos de la época como Felipe González, Margaret Thatcher, Gorbachov, Mitterrand o Reagan.
Una erasmus en Bruselas se desarrolla en 1988 (de febrero a diciembre aproximadamente) en Bruselas. Algunos capítulos tienen lugar en Amberes, Brujas, la costa valenciana, Sevilla y Berlín. También se mencionan Lieja, Cornualles, Madrid, Londres, el Puerto de Santa María, Nancy, Nápoles, Isla Cristina, Capri, Riad, Veracruz, Cádiz, Marsella, Dublín, Salamanca, Benidorm, Torremolinos, La Coruña, Greenwich, Estrasburgo o Barcelona, entre otros lugares.
Valoración “Una erasmus en Bruselas” (Alfredo Escardino):
10/10