Revista Ciencia
Una de las huellas más fáciles de identificar, al sólo contar con una especie que la produce es la del caballo. Es posible encontrar huellas iguales a las de caballo muy pequeñas generalmente mezcladas con huellas de ovejas. Todavía hay pastores que tienen burros, y éstos producen esas huellas.
El otro día, me acerqué un momento por la mañana al monte y pude fotografiar una huella, que por su pequeño tamaño pertenece a un burro. Lo curioso de esta huella, es que despista por su forma, pudiendo ser confundida con la de un ciervo debido a su tamaño. Al ser huellas muy profundas, la parte trasera de la huella presenta dos protuberancias que parecen ser producidas por dos pezuñas. Hay que prestar atención a la parte delantera de la huella donde se aprecia el contorno circular ininterrumpido, mostrando que la huella no pertenece a dos cascos sino a uno sólo.
En la fotografía de la derecha, podemos apreciar cual es la parte de la pata que ha producido estas impresiones que dan lugar a confusión. Es la parte denominada talón, cuya forma redondeada produce esas curiosas impresiones.