Revista Cultura y Ocio

Una generación y varias crisis (Reseña de 'El público' .- Bruno Galindo)

Publicado el 06 marzo 2013 por Jdmora

Luis Royo (@luis__royo)
La crisis económica, las transformaciones culturales y los comportamientos de la sociedad europea actual merecen tantas novelas como la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Civil Española. Al margen de los ensayos, alguien tiene que registrar a golpe de ficción cada periodo de la historia, sea extremadamente violento o descomunalmente próspero. De este modo, es de agradecer que una serie de autores (como Michel Houellebecq, Alberto Olmos, Petros MárkarisPablo Gutiérrez o Bruno Galindo) se hayan tomado la molestia de dedicar un buen puñado de páginas de mucha calidad a describir qué es lo que sucede en nuestros días a su alrededor y, por tanto, alrededor de los lectores (nosotros). Todos esos libros tienen un sentido, ya que unos cuantos personajes de ficción pueden lograr hacer que miles de personas abran las mentes y los ojos ante la realidad mucho más de lo que políticos, grandes empresarios y poderes fácticos desean. 

Una generación y varias crisis (Reseña de 'El público' .- Bruno Galindo)

'El público'
Autor: Bruno Galindo
Editorial: Lengua de Trapo

El debut literario del periodista Bruno Galindo, ‘El público’, no aborda la crisis económica. Sí se centra en otras crisis vigentes hoy en día: la de la cultura, la de los medios de comunicación y la de un sector de la población -‘el público’ de la novela- compuesto por hombres y mujeres de clase media, ámbito urbano y de entre 25 y 40 años. Esta generación es la que da comienzo al argumento de la obra, en el que un conocido periódico de izquierdas reconoce haberla perdido como lectora de sus ejemplares. Para resolverlo, y tras un exhaustivo estudio de mercado, la dirección de este medio de comunicación se ve obligada a lanzar un suplemento repleto de reportajes, de texto corto y mucha carga visual, sobre el lujo más ostentoso, desaforado y estrafalario (destinos paradisíacos, perfumes, ropa, áreas de ‘shopping’, restaurantes, coches o productos para el hogar tan suntuosos como superfluos). 
Tras el surgimiento de esta idea, un periodista cuarentón, en declive profesional y resignado a escribir reseñas literarias para la revista de un banco hasta que es contratado por la nueva publicación, es el protagonista principal. A través del trabajo de este personaje, de sus pensamientos y de su relación con una mujer de su misma generación, Galindo muestra, con un estilo sarcástico y acertado, las actitudes de una cultura ‘popular’ por la que no desfilan los autores poco mediáticos, o poco rentables económicamente, y en la que los grupos musicales que han hecho historia en los últimos años han quedado relegados a logotipos estampados en camisetas para una generación que tan apenas los ha escuchado. También aparecen el declive de la profesión periodística y los objetivos de diversos medios de comunicación preocupados por montar fiestas llenas de famosos y satisfacer las necesidades de sus ‘targets’, antes que por cumplir esos clásicos dogmas que suenan a Facultad de Comunicación: calidad, verdad e interés público. 
La generación de clase media, ámbito urbano y de entre 25 y 40 años es la clave en la novela, dado que está escrita en primera persona del plural (“nosotros”). El libro presenta a este grupo de hombres y mujeres de hoy sin esconder su parte más cualitativa y su parte más patética: casi todos ellos han viajado, han estudiado, han adquirido más cultura que ninguna otra generación y han logrado trabajos ‘guays’ en la banca, las letras o el sector tecnológico; sin embargo, les definen los muebles que compran en Ikea, sus conversaciones sobre lo que se comenta en las redes sociales, sus fantasías por viajar a la India, sus relaciones amorosas poco estables o su resignación a aceptar que la explotación de las personas, la corrupción y el mundo en general, no tienen arreglo. 
En ‘El público’ también hay otros protagonistas que son criticados por sus imposiciones. El ‘ellos’ del ‘nosotros’ reúne a la élite de la Transición española, la que, después de haber leído manifiestos y visto miles películas europeas, ha delimitado lo que es cultura y lo que es políticamente correcto, además de, según arroja el libro, modelar los gustos más populares y crear la generación del becariado, tan imperante en la España de nuestros días. Una época que ‘nosotros’ podremos recordar en un futuro –si es que lo deseamos- releyendo, entre otros, a Bruno Galindo.


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